Peligroso punto muerto, en la huelga ferroviaria francesa
La huelga de los ferroviarios franceses llegó ayer a un punto muerto de peligrosas consecuencias para todos los agentes en conflicto. La mayoría de las asambleas de trabajadores decidió mantener su actitud de huelga y, a lo largo de la tarde y la noche de ayer, las coordinadoras de ferroviarios, que dirigen el movimiento al margen de las organizaciones sindicales, debían tomar posiciones para los próximos días.
Los trabajadores quieren, forzar nuevas negociaciones con la dirección de la compañía de ferrocarriles (SNCF), mientras que ésta, a través de su presidente, Phillppe Essig, asegura que se ha llegado al límite de las concesiones. Las consecuencias de la huelga repercuten directamente en el retorno de las vacaciones de invierno, que se está realizando en condiciones caóticas; en las pequeñas empresas de venta por correo, y en los usuarios de transportes de mercancías.Las autopistas de entrada a París presentaban ayer por la tarde un panorama de embotellamientos propio de un domingo de fin de vacaciones y los títulos de la Bolsa empezaban el año con mal pie, con una pérdida de más de dos puntos que algunos comentaristas achacan al enrarecido clima laboral.
Los ferroviarios no consideran satisfactoria la retirada del proyecto de tabla salarial, pues exigen garantías de que no se intentará fabricar una nueva escala en función de los méritos. Tampoco están de acuerdo con el aumento salarial de un 1,7% para 1987 y no se consideran satisfechos con las concesiones obtenidas en las condiciones de trabajo. Los sindicatos mayoritarios -la CGT, de tendencia comunista, y la CFDT, de tendencia -socialista- mantienen la línea de dureza expresada por las bases, en un esfuerzo por hacerse con la dirección del movimiento.
La CGT ha anunciado su intención de tantear una ampliación del movimiento a la totalidad de los trabajadores del sector público. Para la próxima semana se prevén huelgas de trabajadores de la compañía del metro de París y de la compañía de gas y electricidad. A partir del lunes habrá asambleas en correos y en la empresa nacional Renault para discutir la propuesta del sindicato comunista. Tanto la CGT como el Partido Comunista han expresado sus recelos ante la posibilidad de una capitalización socialista de la huelga.
Mitterrand les recibe
El presidente de la República, François Mitterrand, recibió el día primero de enero a un grupo de huelguistas que quiso felicitarle el nuevo año. El gesto del presidente ha sido criticado por el secretario general del RPR (Asamblea Para la República), Jacques Toubon, pues, según su opinión, "puede reforzar el maximalismo de los más extremistas", y por el sindicato de ferroviarios de la CGT, que no hace "ninguna diferencia entre el presidente de la República, el Gobierno y la dirección de la SNCF, que tienen una responsabilidad conjunta en el conflicto en curso".
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