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Sajarov cree que los dirigentes soviéticos no le permitirían emigrar al extranjero si deseara hacerlo

El científico disidente soviético y premio Nobel de la Paz Andrei Sajarov regresó en la mañana de ayer a Moscú desde Gorki, ciudad en la que ha permanecido confinado durante los últimos siete años, junto a su esposa, Elena Bonner. Tras manifestar su "alegría" y "emoción", Sajarov contestó a las preguntas de los numerosos periodistas. En relación con el conflicto de Afganistan, Sajarov afirmó que éste es "el punto más enfermo" de la política exterior soviética. También dijo que no cree que las autoridades le permitan entrar en el extranjero, y añadió que es un asunto que no tiene decidido.

El tren expreso número 37, en el que viajaban Andrei Sajarov y Elena Bonner, llegó a la estación YaroslavI, de Moscú, a las 6.57, hora local, con siete minutos de adelanto sobre el horario previsto. Sajarov y Bonner fueron sometidos al acoso de un centenar de periodistas. "Resbaladizo", fue la primera palabra de Sajarov al bajar al andén, a la que siguió una serie de declaraciones en respuesta a los periodistas. A la pregunta de si va a continuar sus actividades disidentes, Sajarov contestó: "Intentaré hacer lo posible a favor de los presos de conciencia, y espero que me dejarán hacerlo".Elena Bonner, mientras tanto, silenciosamente, se dirigió hacia el coche de los amigos que les estaban esperando enfrente de la estación. "No se encuentra bien", dijo Sajarov. "Le duele el corazón, le duelen los pies", añadió.

Sajarov afirmó que no quería realizar declaraciones políticas en ese lugar. Mientras, otros pasajeros del tren salían del mismo coche, el número 13, y en ocasiones hacían comentarios llenos de irritación. "Como si no hubiese científicos viviendo en Gorki", afirmó una mujer.

Un amigo de Sajarov pidió a los periodistas que dejaran el paso libre a lo largo de los otros 12 vagones del tren para poder llegar al coche. Los periodistas obedecieron de mala gana, mientras los operadores de televisión luchaban entre ellos y resbalaban y se caían entre los montones de nieve. Pero, por fin, Sajarov consiguió avanzar.

Toda la escena estaba protagonizada casi exclusivamente por medios de comunicación occidentales. Algunos ciudadanos soviéticos se mantuvieron a una cierta distancia, con excepción de un joven, que gritó: "Los jóvenes de Moscú te desean lo mejor, Andrei Dmitrievich".

Sajarov, por su parte, afirmó que se. sentía "excitado y preocupado", y añadió que no puede olvidar la muerte de su amigo Anatoli Martchenko. "Como le dije a Gorbachov por teléfono", aseguró, "hay que adoptar una postura política y de principio sobre los presos de conciencia, mis amigos que viven un dramático destino en los campos". Añadió que su regreso del destierro es una "pequeñez en relación con lo que debería hacerse".

Reincorporación al trabajo

El disidente declaró que, a pesar de haber conversado los pasados días en Gorki con Gurú Martchuk, presidente de la Academia de Ciencias, no está seguro acerca del tipo de trabajo que realizará en el futuro. Supone que volverá a trabajar en el mismo lugar donde se hallaba empleado antes de su confinamiento, en el Instituto de la Academia de Físicas.

Respecto a su estado de salud, Sajarov afirmó: "Ahora estoy cansado, no hemos dormido en toda la noche. Me encuentro mejor ahora que el año en el que estuve en el hospital".

Al ser preguntado sobre la posibilidad de que, en el futuro, se marche al extranjero, dijo: "No creo que me dejaran, y desde luego todavía no me he decidido. Pero la duda queda, y quizá no soy contrario a esta posibilidad. Es algo sobre lo que tendré que reflexionar".

Sajarov dijo que en estos momentos no esperaba que se le diera total libertad de movimientos. El disidente no quiso manifestar un juicio sobre Gorbachov. "Todavía no lo tengo claro. Estoy muy interesado en lo que está ocurriendo en nuestro país y quiero opinar sobre ello", dijo.

Según dijo Sajarov, lo peor de su destierro en Gorki fue "el total aislarniento". Esto, desde luego, no es lo que le está ocurriendo en Moscú en ese momento. El coche de los amigos de Sajarov sólo consiguió arrancar entre los fotógrafos cinco minutos después de que subiera a él el disidente, como si se tratara de un acontecimiento del festival de Cannes. Seguidamente, el grupo de periodistas se trasladó a la casa de los Sajarov, que el científico vio por última vez en enero de 1980, cuando fue detenido por agentes de la seguridad del Estado en una calle de Moscú y trasladado a Gorki.

Una vez alli, y acompañado ya por su mujer, Sajarov explicó que dijo a Gorbachov que Elena Bonner es su esposa porque no estaba seguro de que el líder soviético lo supiera. ¿Está dispuesto a encontrarse con el dirigente del Partido Comunista de la Unión Soviética? "Estoy dispuesto a reunirme con todo el mundo", afirmó.

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