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Incierta y desigual recuperación de América Latina durante este año

Los países latinoamericanos tuvieron un crecimiento conjunto del 3,4% durante 1986, manteniendo la incierta y desigual recuperación de la crisis que experimentaron a comienzos de la década. Sin embargo, el producto interno bruto regional es todavía un 8% menor que el de 1980, según informó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que el viernes 19 dio a conocer su Balance preliminar de la economía latinoamericana 1986.

El 3,4% de crecimiento es una tasa similar a la que hubo en 1984, y superior al 2,7% de 1985. El producto por habitante se incrementó ligeramente sobre el 1%.Detrás del promedio regional se esconden realidades muy diferentes entre los países latinoamericanos. Seis naciones (Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Perú y Uruguay) elevaron su actividad productiva entre un 5% y un 8,5%.

Otros tres países (Costa Rica, Cuba y Panamá) tuvieron una expansión moderada de entre el 2,5% y el 3%, según Cepal.

La mayoría de Latinoamérica (Bolivia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Paraguay, República Dominicana y Venezuela) permaneció estancanda o tuvo un retroceso en su producto interno bruto.

Salvo Brasil y Colombia, en todos los países que hubo rápido crecimiento, éste fue una recuperación parcial de los niveles de actividad alcanzados antes de la recesión, utilizando capacidad ociosa ya instalada.

La crisis persiste

Por ello, Cepal sostiene que es apresurado deducir que la crisis está superada, y admite que hay interrogantes sobre la posibilidad de que se prolongue el crecimiento, tomando en consideración que la inversión sigue deprimida, el agobio que significa el pago de los intereses de la deuda externa, y la caída de los precios de los principales productos de exportación de la región.El promedio latinoamericano de crecimiento tuvo un signo positivo por el peso mayor de las economías que crecieron con dinamismo. Norberto González, secretario ejecutivo de la Cepal, opina que "la recuperación beneficia a los países grandes y medianos, particularmente a los que no son exportadores de petróleo".

El control de la inflación continúa siendo un serio problema en Latinoamérica, a pesar de que hubo avances importantes, según González. El promedio regional de la inflación disminuyó del 285% que hubo en 1985 a un 70% durante este año.

El principal mérito ha sido de la economía boliviana, que logró frenar una hiperinflación situada en septiembre de 1985 al 23.500% anual y dejada en un 93% anual en noviembre de 1986.

Al mismo tiempo, en Argentina, Brasil y Perú se redujo la inflación de tres a dos cifras.

Para la mayoría de los latinoamericanos, la crisis persiste. De acuerdo con Cepal, entre 1981 y 1986 el producto por habitante cayó sobre un 15% en Argentina, Bolivia, El Salvador, Guatemala y Venezuela. El desempleo urbano -que no siempre es medido rigurosamente- supera el 10% en ocho países. En seis países las remuneraciones reales son inferiores a las de 1980.

En un marco externo desfavorable, el resultado del comercio exterior latinoamericano abre también signos inquietantes. Durante 1986 el valor de las exportaciones cayó un 15% sobre la disminución de un 6% que ya hubo en 1985. González considera "dramática" la disminución, y la atribuye especialmente a la baja del precio de las principales materias primas que exporta la región: petróleo, trigo, maíz, algodón, estaño, cinc y cobre.

Según la Cepal, la caída de los precios de los productos básicos "no sólo es resultado de factores coyunturales, sino que también refleja cambios estructurales desfavorables en la demanda".

La disminución de las exportaciones y un aumento de un 2,4% en las importaciones explican una balanza comercial de Latinoamérica con el resto del mundo que tuvo un superávit de 18.500 millones de dólares. Dicha cifra es un 45% inferior al superávit de 33.524 millones de dólares que hubo en 1985.

Al final de 1986 la deuda externa latinoamericana alcanzó a 312.080 millones de dólares. El crecimiento de la deuda, que hasta 1983 era acelerado, se ha frenado y durante 1986 tuvo un aumento de sólo un 2%, similar al porcentaje de la inflación mundial, por lo que "la deuda externa no creció en términos reales", según el secretario ejecutivo de la Cepal.

La disminución de las tasas de inierés internacionales -que fue de un 2,5%- le permitió a Latinoamérica pagar 5.000 millones de dólares menos en intereses de la deuda externa. Aun así, el pago de intereses continúa siendo una pesada carga para las economías de la región. Durante 1986 Latinoamérica transfirió al exterior cerca de 22.000 millones de dólares.

Como el superávit comercial no alcanzó a cubrir las remesas netas de utilidades e intereses, el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos se triplicó, sobrepasando los 14.000 millones de dólares.

De esta manera se acentuó la tendencia negativa de la cuenta corriente, que repuntó en 1985, después de casi haber desaparecido.

Las perspectivas, según González, son inciertas. Los precios de los productos básicos permanecen en un bajo nivel, las tasas de interés no cambiarán demasiado bruscamente y el proteccionismo no retrocede con la velocidad que desea América Latina. En ese cuadro, "son indispensables medidas imaginativas en el plano interno y el fortalecimiento de la cooperación internacional y regional para que Latinoamérica despegue", opina el secretario ejecutivo de Comisión Económica Para América Latina.

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