Conserjes ilustrados

El Ayuntamiento de Madrid está incorporando a su plantilla ordenanzas, auxiliares o administrativos de elite que han visto en el tras lado de carpetas de negociado en negociado, la confección de una carta o la tramitación de un expediente un medio para asegurarse un ingreso mensual. El haber cursado una carrera universitaria ya no importa a la hora de entrar en esta lucha sin cuartel por un puesto de trabajo, en la que, a veces, saber mucho sobre ciencias físicas es superfluo si se desconoce que ya han desaparecido las pólizas. Según datos municipales, el 24% de los auxiliares administrativos y el 10% de los ordenanzas aprobados en las últimas pruebas son licenciados.

"Tal como están las cosas, tienes que luchar por todo. Si, como ha sido mi caso, no te ha salido bien la experiencia que has tenido en la pequeña empresa privada, te pones a buscar y las oposiciones municipales son las más típicas". Víctor Manuel Serrano, 37 años, madrileño, casado y licenciado en Económicas, empezó a trabajar el 1 de diciembre en el área de Economía y Hacienda después de aprobar las oposiciones para ocupar, en pugna con otros 1.803 aspirantes, una de las 62 plazas de administrativos ofertadas.Serrano, que suspendió los exámenes a inspector auxiliar del Ministerio de Hacienda, dedicó casi un año a las oposiciones municipales. Estudió el temario en una academia, a una media de siete horas, sábados y domingos inclusive. "La oposición no tiene nada que ver con los estudios que había realizado, pero, evidentemente, tienes una formación inicial superior a la de uno que tiene EGB".

Su esfuerzo se vio doblemente compensado. Serrano consiguió el puesto de administrativo y además fue destinado al área de Economía y Hacienda. "No me puedo quejar pues, de alguna forma, mi cometido actual tiene relación con mi carrera. Incluso no descarto en el futuro opositar a una plaza de técnico de administración general, en la rama económica", dice Serrano.

Otros aprobados vieron cómo se les asignaba a un departamento que no tenía nada que ver con los estudios realizados, sin comprender por qué no se aprovechaba estos conocimientos.

Los universitarios pueden encontrarse en todas las categorías laborales del Ayuntamiento, en especial a raíz de la las últimas convocatorias realizadas. Entre los auxiliares administrativos aprobados en la última oposición hay licenciados en Derecho, Farmacia, Psicología, Económicas o Filosofía.

Plazas sin cubrir

A pesar de tanta mano de obra licenciada no se ocupan todas las plazas. "El Ayuntamiento de Madrid se puede permitir el lujo de ir con tranquilidad a la hora de seleccionar al personal que entra", dice Juan Lobato, concejal de Personal. "Estamos hablando de ocupar plazas de funcionarios. Por eso preferimos dejar sin ocupar la totalidad de las puestos y esperar a otra convocatoria antes que bajar el nivel", afirma Lobato.Ninguno de los 45 aspirantes a las dos plazas de maestros consiguieron el puesto; sólo se cubrieron 23 de las 32 plazas de técnico de administración general en la rama jurídica, y 16 de las 21 ofertadas en la rama económica. En la categoría de auxiliares administrativos, y a pesar de haberse presentado 5.552 aspirantes, sólo aprobaron 125. Quedan vacantes 100 plazas.

Los candidatos se presentan a varios exámenes. 1.485 personas aspiraban a dos convocatorias 245 a tres categorías; 51 se inscribieron en cuatro; siete aspirantes se presentaron a cinco oposiciones diferentes; cuatro lo hicieron a seis; uno a siete; otro a ocho, y uno batió todos los récords al opositar a nueve categorías.

Entre estos casos se incluye Encarnación Sánchez, abulense, 26 años, casada y con un niño de tres años, que terminó hace cuatro años la carrera de Ciencias Químicas y posteriormente hizo la tesina. Opositó sin éxito a auxiliar de investigación en el Instituto de Toxicología de Majadahonda y cuando se convocaron las oposiciones municipales se presentó a las de auxiliar sanitario.

Falta de salidas

"Al ser comunes los temas con los de auxiliar de servicios sociales y con los de ordenanza, me presenté a los tres", dice Encarnación. El resultado no fue el esperado pues suspendió las oposiciones para auxiliar sanitario y para auxiliar de servicios sociales tras pasar en ambas el primer examen. En las de ordenanza no pasó del primero. "Me imagino que la criba era mayor porque las pruebas fueron muy similares".

Para Encarnación la presentación de un número cada vez mayor de licenciados a todo tipo de oposiciones se debe a la falta de salidas. "En mi caso, además, casada y con un hijo, entrar en una empresa privada es muy difícil, por eso oposité al Ayuntamiento. Desde luego que no me veo de ordenanza, pero supongo que una vez dentro puedes llegar a algo relacionado con tus estudios".

Otros de los 15.102 aspirantes que opositaron por una de las 54 plazas de ordenanzas fue Francisco Gutiérrez, perito de Obras Públicas y con la carrera de piano acabada. Este zaragozano, de 44 años, que ejerció su profesión en distintas empresas públicas para dejarlo todo por la música -ha dado clases en una academia y ha actuado en hoteles y pubs-, no llegó, sin embargo, a presentarse al primer examen, postura que parece bastante usual pues lo mismo hicieron otros 8.754 aspirantes. "No pude presentarme porque me salió un trabajo fuera de Madrid", argumenta con la filosofía del "inás vale pájaro en mano".

Francisco Gutiérrez, que en los últimos años se ha presentado sin éxito a seis oposiciones, reconoce que el objeto de su instancia era buscar una remuneración fija. "Este deseo es el que hace que me presente a oposiciones relacionadas o no con mis estudios, o ponga anuncios en Segunda mano ofreciéndome como pianista o perito. Conseguir un sueldo seguro creo que hoy es lo más importante". Hoy, Francisco Gutiérrez dejaría la música a cambio de un sueldo seguro. "Ya tengo 44 años".

Las 'pegas' del estudioso

Pero la entrada de universitarios en trabajos no acordes con sus estudios revisten sus inconvenientes. Algunos encargados de oficios dan un trato deferente a los universitarios, lo que crea recelos entre los compañeros. "En los informes de esos encargados se suele decir que los universitarios no son las personas más apropiadas para la realización de este tipo de oficios".

"Sin embargo ocurre que un jefe encargue a un licenciado en Derecho la preparación del borrador de un informe jurídico, actitud que es irregular, pues el puesto de un administrativo no incluye la realización de estas áreas, que son de nivel superior. De actuar así, el jefe se beneficiaría del conocimiento del licenciado, quien, por otra parte, estaría haciendo algo que le gusta. Sin embargo, eso crearía un mal ambiente entre el resto de sus compañeros. A todo ello hay que sumar las perturbaciones que causa a un licenciado el hecho de preparar, simultaneando con su trabajo, unas oposiciones para buscar algo mejor, situación que se produce con bastante frecuencia".

"Nos estamos planteando ya, añade Lobato, "la modificación de las pruebas de acceso para recaer el peso de las mismas en el aspecto práctico, con objeto de reducir de alguna forma la entrada de universitarios a puestos que no les son propios, como hacen ya muchas empresas privadas".