EE UU reduce a una cuarta parte la ayuda militar a España
España sólo recibirá, en 1987, 105 millones de dólares (más de 14.000 millones de pesetas) de ayuda norteamericana para compra de material militar estadounidense, lo que supone un recorte del 75% en relación con los 400 millones que recibió el pasado año, se anunció ayer oficialmente en Washington. Medios del Pentágono señalaron a EL PAÍS su "preocupación" por la decisión, que se produce en un momento especialmente delicado de las negociaciones sobre las bases, y su temor porque la opinión pública española lo interprete como un nuevo gesto político negativo tras la polémica desatada en España por las últimas declaraciones de los secretarios de Estado, George Shultz, y de Defensa, Caspar Weinberger.
[Medios de la Oficina de Información Diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores español desvincularon también la reducción de la ayuda militar con las negociaciones en curso sobre las bases.]
Shultz sugirió que EE UU puede prescindir de las bases si el precio a pagar por mantenerlas es una reducción sustancial de las mismas.
La decisión de ireducir los créditos para compras militares (FMS) no se ha adoptado en consideración a las negociaciones sobre las bases, afirmó ayer una fuente cualificada del Pentágono. Los recortes son "dolorosos" y su anuncio se produce en un momento "desafortunado", admitió un funcionario del Departamento de Estado, que añadió que "no se trata, en ningún caso, de un castigo contra España, país al que se ha hecho "todo lo posible por proteger, pero el pastel para repartir era muy pequeño".
El Congreso ha condicionado el tamaño del pastel al reducir sustancialmente la cifra global de la ayuda exterior solicitada por el Ejecutivo, y cuyo reparto concreto a cada país ha sido decidido por el Gobierno.
El embajador de España en Washington, Gabriel Mañueco, fue informado ayer tarde en el Departamento de Estado por uno de los secretarios adjuntos para Europa de la ayuda aprobada para el próximo año y de los deseos norteamericanos para compensar o paliar, de alguna forma, una reducción tan drástica. Fuentes norteamericanas calificaron la entrevista de "cordial". El encuentro fue adjetivado como "no fácil" por el embajador español, quien observó que EE UU se había comprometido por los acuerdos bilaterales a una ayuda anual, en forma de créditos militares, de 415 millones de dólares.
El Gobierno norteamericano va a tratar de compensar el drástico recorte con la petición al Congreso de más ayuda suplementaria. Los 400 millones de dólares, en créditos militares, que venía recibiendo España son una consecuencia del compromiso adquirido en los acuerdos bilaterales y, de alguna forma, es visto por la opinión pública como el pago del alquiler por el uso de las bases. Este dinero se utiliza fundamentalmente para pagar los 72 aviones F-18 adquiridos por España. El Gobierno norteamericano se compromete a "hacer todo lo posible" para conseguir anualmente dicha cantidad, pero es finalmente el Congreso el que determina la ayuda. Shultz se ha quejado de la imposibildiad de hacer una política exterior coherente en un Congreso que hace difícil mantener los compromisos con los aliados.
Los 105 millones serán concedidos a un interés especial del 5%, aproximadamente la mitad del tipo de interés del Tesoro, a diferencia de años anteriores, en que se aplicaba el interés del mercado. Lo único que se mantiene sin cambios en la ayuda a España para 1987 son los grants, créditos que no se devuelven, de tres millones para entrenamiento de militares en EE UU, pero se reducen, de 12 millones a cinco millones los grants para programas culturales y científicos.
La Administración de Reagan solicitará al Parlamento 1.100 millones de dólares en ayuda exterior global suplementaria a comienzos de 1987, de los cuales unos 200 millones, según fuentes periodísticas, podrían ser para España. Medios del Congreso considerarán muy dudoso que sea autorizada por el Legislativo.
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