El Pentágono dice que el Ejército dio a la CIA las armas para Irán

El Ejército norteamericano entregó a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) las armas que debían ir a Irán. "Lo que la CIA hizo con ellas o cómo las llevó a Irán, no lo sabíamos", aseguró ayer en Bruselas el secretario de Defensa norteamericano, Caspar Weinberger, en unas declaraciones a una cadena de televisión estadounidense.

Weinberger explicó que la directriz del presidente había sido la de transferir las armas a la CIA. Weinberger pidió que se cumpliera el Economy Act, en el sentido de que se pagara el valor de las armas transferidas. "El Ejército y la CIA negociaron y la cantidad acordada se pagó", explicó.

En cuanto a las historias sobre el desvío de los beneficios de esa operación hacia la contra nicaragüense dijo: "No sé nada". Y añadió que, si éste ha sido el caso, "es terrible que así ocurriera", aunque "la causa de la contra sea una buena causa".

En la OTAN hubo primero un enojo general por la noticia de que Estados Unidos vendió armas a Irán al tiempo que apretaba las tuercas a sus aliados para que éstos no entregaran armas a Teherán y se viera -como manifestó el ministro de Defensa italiano, Giovani Spadolini- que EE UU había entregado armas a un régimen que apoya el terrorismo. Pero ahora ha cundido una verdadera preocupación por los efectos que el Irangate pueda ejercer sobre la Alianza y sobre las negociaciones Este-Oeste.

"No hay que debilitar la presidencia norteamericana", afirmó el ministro germanooccidental de Defensa, Manfred Woerner. Spadolini comprendió, con peros, que EE UU quisiera mejorar relaciones con Teherán. El británico, George Younger, cree que si Moscú quiere negociar no esperará a un nuevo presidente. Medios diplomáticos expresaron su preocupación por el hecho de que un Reagan debilitado no pueda negociar sobre desarme. "Seguramente Mijail Gorbachov se está planteando las mismas preguntas que nosotros", manifestaron.