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ECOLOGÍA

La catástrofe del Rin origina una nueva legislación anticontaminante en la RFA

El Gobierno alemán occidental aprobó ayer en Consejo de Ministros un catálogo de medidas de control y prevención de la contaminación de las aguas, un día después de producirse un nuevo vertido químico de una industria farmacéutica al Rin, el sexto desde que un incendio en las instalaciones de la compañía Sandoz en Basilea acabara prácticamente con la fauna de este gran río europeo. Estas medidas impondrán reformas de las instalaciones químicas en la RFA y mayores restricciones legales a la producción y almacenamiento de sustancias tóxicas.

El último incidente en lo que ya parece una carrera entre las grandes compañías químicas instaladas junto al Rin por prolongar lo que ha sido el noviembre negro para este río, se produjo el martes. Cinco mil litros de una solución de cloruro de polivinilo de la compañía suiza Lonza fueron derramados en el Rin, cuyo equilibrio ecológico ha quedado destruido para varios años.Sandoz, Ciba-Geigy, Bayer, Hoechst, BASF y ahora Lonza, la gran industria química suiza y alemana, paradigma de la seguridad y limpieza, han sufrido un grave quebranto en su imagen. El ministro federal alemán de Medio Ambiente, Walter Wallmann, ha dejado claro que esta cadena de accidentes no comenzó con el incendio de Sandoz, sino que desde entonces los vertidos se están dando a conocer.

El Gobierno alemán Se apresura ahora a tomar medidas para incrementar la seguridad, calmar a la opinión pública y evitar que se forme un frente militante contra la industria química similar al movimiento antinuclear. Wallmann explicó ayer en una conferencia de prensa en la capital federal los nuevos controles a las compañías farmacéuticas y químicas. Éstas estarán obligadas a instalar sensores en sus instalaciones para detectar las averías con rapidez y a crear circuitos cerrados de ventilación de sus fábricas en aquellos casos en que los circuitos abiertos al río representen un peligro para las aguas.

Además, las compañías deberán cumplir otros requisitos de seguridad, como la construcción de piscinas de contención, para que no se produzcan accidentes como el habido en los almacenes de Sandoz en Suiza, donde el agua utilizada en sofocar el incendio contaminó el Rin, mezclada con los productos químicos almacenados, con las consecuencias catastróficas conocidas. Se implantarán también topes de existencias almacenadas, distancias reguladas entre diversos productos peligrosos, y el ministro no excluyó ayer la prohibición total de producción de algunas sustancias tóxicas.

Las compañías tendrán obligación de denunciar toda avería con vertido, aunque éste no suponga peligro para el bien común, requisito que se mantenía hasta ahora. Por otra parte, Wallmann anunció que las compañías químicas no estarán representadas como hasta ahora en la comisión de incidentes que establece las medidas a tomar y analiza los efectos de un vertido por accidente.

Wallman dijo estar convencido de que los directivos de las compañías hasta ahora integrantes de esta comisión cumplieron con su obligación. "Sin embargo, hay que evitar hasta la más mínima sospecha de que en esta comisión puede haber un conflicto de intereses". Tras los escándalos, no se puede pedir a la opinión pública comprensión hacia el hecho de que los controlados formen parte del control.

10 años de prisión

Las penas y sanciones por vertidos químicos a los ríos alemanes van a ser elevadas considerablemente y alcanzarán en el caso más grave los 10 años de prisión para los culpables. Wallmann manifestó que, "por supuesto", los costes de las reformas necesarias en las compañías de la industria química correrán a cargo de éstas y el Gobierno no concederá ayudas para ello.Están surgiendo otras iniciativas como el llamamiento al boicoteo de productos de Sandoz y Ciba Gelgy. Más de 250 médicos han expuesto en sus consultas una lista de los medicamentos a no utilizar en repulsa por la negligencia de las compañías.

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