Hombre de la CIA
El recién nombrado consejero de Seguridad Nacional, Frank Carlucci, conocido en la península Ibérica por su papel como embajador en el Portugal de la revolución de los claveles, es considerado el hombre que, en contra de Henry Kissinger, que consideraba al país perdido para Occidente, consiguió impedir la consolidación del partido comunista en el poder, ayudando financieramente a los socialistas de Mario Soares.Carlucci fue el número dos del Pentágono en los dos primeros años de Reagan y, anteriormente, director ajunto de la CIA con James Carter. Era el candidato de los secretarios de Defensa y de Estado, Caspar Weinberger y George Shultz, así como del director de la CIA William Casey, pero no de Donald Regan ni de los sectores más conservadores, quienes hubieran preferido a Jeanne Kirpatrick. Carlucci es dueño actualmente de una empresa de consultoría, International Planning Analysis Center.
De 56 años de edad, y dotado de una sólida reputación como diplomático, ha ocupado en el pasado la representación de su país en diversas Embajadas, aparte de la de Lisboa, dónde fue acusado por la izquierda de mantener vínculos con la CIA. También representó a su país en diversos lugares calientes, lo que le valió acusaciones de injerencia en los asuntos internos de esos países. En Chile, por ejemplo, se le acusó de estar relacionado con los preparativos y ayudas de la CIA al golpe que derrocó al presidente Salvador Allende.
Carlucci ha desempeñado puestos de importancia a lo largo de las tres últimas presidencias norteamericanas. En 1971, con Richard Nixon, fue director de la Oficina para la Igualdad Económica, hasta que pasó más tarde a ocupar el puesto de director adjunto de la Oficina del Presupuesto. Posteriormente, fue designado subsecretario de Sanidad, Educación y Bienestar.
En diciembre de 1977 fue nombrado por Carter director adjunto de la CIA, en un momento en que los servicios de información americanos pasaban por un período de tensiones. Desempeñó este puesto hasta comienzos de 1981. Con Reagan, Carlucci ocupó la subsecretaría de Defensa hasta 1982, cuando dejó el Pentágono y entró en el mundo de los negocios, de la mano de los almacenes Sears.
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