Sonidos que se lleva el 'rock'
Los tres primeros conciertos latinoamericanos, de estilos muy diferentes, no reunieron más de 4.000 interesados, pese al bajo precio de las entradas y abonos, de 500 y 1.000 pesetas, respectivamente.El espectáculo, incluido en las jornadas de rock latinoamericano patrocinadas por la Comisión del Quinto Centenario, el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, con un presupuesto de 40 millones de pesetas, se presentó con una infraestructura de sonido e iluminación contratada la mayor parte a una empresa británica, Fielb Service. El escenario se situó en un lateral del recinto deportivo con el fin, no conseguido, de disminuir la reverberación.
El cuarteto chileno Aparato Raro salió ante escaso público, y su música de dos y tres teclados, su tecno melódico, reforzado por una guitarra rítmica muy brillante, no levantó ánimos.
Aparato Raro, de Chile; Os Paralamas do Sucesso, de Brasil, y Miguel Ríos
Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid, 28 de noviembre.
Es un estilo considerablemente avejentado que se mantiene gracias al repertorio de canciones bien construidas, como Ultimátum o Calibraciones; al espíritu protestante de sus textos coyunturales: "Éste es mi país, no la mierda donde yo nací", frase entonada en Postmuerte, que recibió ovaciones por parte del público.
Energía
Un mayor números de asistentes se agitó ante la riqueza de ritmos y la energía del trío brasileño Os Paralamas do Sucesso, una banda muy joven que demuestra que el rock que rueda sin freno desde hace 30 años ya ha dejado de ser patrimonio exclusivo del mundo anglosajón y se extiende por otras latitudes.El rock, fenómeno universal, se adentra en países ricos en ritmos y músicas variadas, se transforma y se renueva o revoluciona.
El cantante Herbert Vianna danzaba de un lado al otro del escenario mientras arpegiaba su guitarra y los espectadores no pudieron evitar el contagio. Vianna interpreta con fuerza comunicativa composiciones influidas por la fórmula de The Police, en ritmos de ska, reggae y sonidos tradicionales brasileños, jamaicanos y africanos, cuyos recursos de percusión aprovecha bien este trío para su lenguaje rockero.
A veces, su espíritu brasileño llegó a absorber completamente el rock y, al revés, en los acordes más rockeros parecían vulgares. Lanzaron mensajes a gran número de compatriotas que acudieron y también a los españoles y todos corearon piezas alegres como Alagados, Selvagem u Oculos, el gran éxito de este trío en el último festival llamado Rock in Rio.
Por su parte, Miguel Ríos y su banda tocaron el triple de tiempo que los primeros y eldoble que los anteriores. Acompañado de ocho músicos, además de dos cantantes femeninas, el granadino repasó sus canciones más conocidas por el público español -Año 2000, Generación límite o El caballo de las muerte- y piezas de su último elepé, El año del cometa, siempre enaltecido por un mayor número de vatios que sus predecesores.
'Bienvenidos'
El sonido de toda la banda fue perfecto. Los seguidores se divirtieron y corearon a Ríos durante todo el concierto, también grabado por cámaras de Televisión Española. Boabdil el Chico, una canción profunda- y original, probó la gran capacidad vocal de Miguel Ríos, que dedicó Bienvenidos a sus colegas latinoamericanos e interpretó en el tercer bis su celebérrimo Himno a la alegría.
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