Tres pañales y un buen augurio
Los largometrajes compuestos de cortos con pie forzado -en este caso, cuatro historias de amor y desamor con el denominador común de delirios- suelen ser casi siempre irregulares: hay dentro de ellos pequeños filmes ajustados a ese buscado denominador común y otros que se separan por completo de él.Los delirios de Aute, Andreu y González Vigil son de estos últimos: tres amaños artificiosos, que oscilan entre el chiste filmado -los de los dos primeros- y la historieta más ambiciosa que, sin embargo, no cabe en el estrecho tiempo que se le ha designado, como es el caso del cortometraje del tercero.
En ninguno de estos tres filmes hay indicios de que tras ellos haya un cineasta. Son pequeñas muestras en pañales de la falta de experiencia de sus autores, un simple quiero y no puedo.
Delirios de amor
Directores: González Vigil, Cristina Andreu, Luis Eduardo Aute y Félix Rotaeta. Española, 1986. Intérpretes: Adolfo Marsillach, Amparo Muñoz, Fernando Fernán-Gómez, Rosario Flores, Antonio Banderas, Juan José Otegui, Pepe Navarro. Estreno en Madrid: cine Madrid.
Auténtico cine, en rigor, sólo lo hay en el cuarto delirio de estos Delirios de amor. Es un cortometraje original de Félix Rotaeta en el cual se narra con inesperada soltura una muy dificil historia, que su director resuelve confusamente, pero que con anterioridad ha planteado con notable economía expresiva, una muy buena graduación de los acontecimientos y precisión en los encuadres y el ritmo interior de las tomas.
Este cuarto delirio contrasta con los tres pañales que lo preceden y trae el buen augurio: la mano de un aprendiz de cineasta que está preparada para hacer cine.
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