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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Ingenioso y superficial

Hay películas que están bien, que resultan divertidas, ingeniosas, hechas con elegancia y estilo, y que, sin embargo, nos dejan insatisfechos a los espectadores, como si una vez desaparecido el atractivo encantador de las imágenes nuestras risas o emociones funcionaran en el vacío, fueran gratuitas. Woody Allen, desde que decidió tomarse a sí mismo en serio y se descubrió un alma gemela a la del sueco Ingmar Bergman, fabrica este tipo de filmes y Hannah y sus hermanas, que ahora se estrena en España, es, de entre los últimos, el que más participa de esa mezcla de brillantez e inanidad.Se trata de una comedia de costumbres y retrato de una serie de personajes. Hannah y sus hermanas tiene el atractivo o atrevimiento de permitirse unos notables cambios de registro, de hermanar en un mismo relato a un comediante en la línea clásica del género -espléndido Michael Caine en su interpretación- con una interpretación mucho más cómica o paródica -el propio Woody Allen , retornando su personaje de Annie Hall o El dormilón- o con otra que se quiere dramática y realmente bergmaniana -el personaje interpretado por Max von Sydow, el más tópico de entre todos los de la familia del director de Manhattan- y poner esos tres tipos de interpretación junto a unos retratos femeninos que sí se mantienen dentro de una cierta coherencia. D. Wiest quizá sea quien más brilla, probablemente porque Mia Farrow se ve perjudicada por un personaje al que le falta guión.

Hannah y sus hermanas

Director y guionista: Woody Allen. intérpretes: Woody Allen, MIchael Caine, Mia Farrow, Carrie Fisher, Barbara Hershey, Lloyd Nolan, Maureen O'Sullivan y Max von Sydow. Fotografía: Carlo di Palma. Decorados.Stuart Wurtzel. EE UU, 1986. Título original: Hannah and her sisters. Estreno en Madrid en cines Amaya, Madrid 3, Tívoli y Luna 2 (en v. o).

Lo de siempre

Pero ¿de qué va Hannah y sus hermanas? Pues de lo mismo de siempre, dicho sea sin ninguna mala intención: del significado último de la vida aquello tan oído de "¿de dónde venimos?, ¿a dónde vamos?, ¿cuánto vale?"-, del valor de la fidelidad y del sentido de dicho concepto y de la posibilidad de tratar con humor problemas serios, mezclando a la vez en tema y tratamiento el drama y la comedia.Lo cierto es que las respuestas son superficiales y que la cita-homenaje -a los hermanos Marx en su interpretación de Sopa de ganso nos hace pensar con nostalgia en la capacidad corrosiva de aquellos grandes cómicos.

Hannah y sus hermanas retoma algunos aspectos olvidados ó infrautilizados de anteriores cintas del director neoyorquino. Él, por, ejemplo, aprovecha muchos elementos autobiográficos para dibujar el personaje, continuación del héroe de Annie Hall, pero emparentado también con el dirigido por Martin Ritt y víctima del maccarthismo.

De la película Manhattan encontramos la misma voluntad de expresar los sentimientos que despierta una ciudad, y Sam Waterston, en lo que es un cameorole, nos hace de arquitecto, guía y consejero en nuestra visita al barrio de los rascacielos. La televisión, que es un objeto de burla clásico para Allen, que trabajó de gag-man a sueldo, es víctima de los dardos más envenenados del cineasta, de la misma manera que Michael Caine se aprovecha de una dirección que, en su caso, está atenta al detalle.

El resto del equipo responsable de la película, incluidos unos actores y actrices excelentes, la cuidada fotografía y la habilidad con que se intercalan, a modo de puntuación, unos títulos encargados de hilvanar las distintas situaciones entre dos celebraciones del Día de Acción de Graclas, entra dentro de la agradable y superficial previsibilidad de Woody Allen, que prefiere ser autor a cómico.

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