El retrato de Castro

Al leer Fidel, retrato crítico, de Tad Szulc, en EL PAÍS de los domingos 19 y 26 de octubre, pensé que valía la pena intentar escribirle una carta, a pesar de conocer sus dificultades de espacio, especialmente ahora que Castro y Cuba van a estar de moda durante unos días.Según Szulc, Castro tenía decidido "desde el principio (...) convertir a Cuba en un E-stado marxista-leninista", en contra del conocido "mito y creencia de que la revolución castrista pudo haberse desarrollado en un sentido más liberal, democrático y pronorteamericano" de haber habido una mayor comprensión y tolerancia por parte de Estados Unidos con Eisenhower y Kennedy. "El rumbo comunista estaba decidido de antemano".

No sé si Szulc es algo más preciso en cuanto a fechas, pero está claro que si el principio al que se refiere es al momento en que un Castro con menos de 30 años, acompañado por escasamente una docena de hombres, se vio acorralado en sierra Maestra por el Ejército de Batista, allá por 1956, las teorías de Tad Szulc quedan en nada.

Fidel Castro había declarado en infinidad de ocasiones, al igual que su hermano Raúl, que "si fuera comunista pertenecería a ese partido y no al Veintiséis de Julio". ¿A qué viene decir que Raúl era miembro del partido desde 1953? Por lo menos, en cuanto a Fidel, Szulc nos aclara que "era el único que no estaba abiertamente comprometido con el comunisino". ¿Y para qué habría de estarlo? Hay que tener en cuenta que Castro luchaba contra Batista, y que el Partido Socialista Popular (el viejo partido comunista) había tenido de 1940 a 1944 ministros sin cartera con el dictador. Como el propio Szulc indica, los comunistas "se negaron a apoyarle hasta que su victoria estuvo virtualmente garantizada". Castro no dependía económicamente más que de los cubanos refugiados en EE UU y de sus propios simpatizantes. ¿Para qué someterse a otras obediencias? ¿Por qué si a finales de 1960, con las relaciones "bastante deterioradas con EE UU", hasta el punto de "no tener ya en cuenta el factor norteamericano", seguía sin haber ningún comunista en el Consejo de Ministros? ¿Por qué esperó el partido comunista hasta 1960 para "reconocer viejos errores al minimizar y malinterpretar al movimiento de Castro desde el asalto al Moncada"? Quiere eso decir que Castro temía a los norteamericanos o que los tenía muy en cuenta. Luego eso indicaría que Castro hubiera podido llegar a transigir para no enfrentarse directamente con EE UU.

El quid de la cuestión está en la presión norteamericana. Castro no quiso nunca un enfrentamiento con EE UU, ni antes ni después. Se encontró con la presión usual de los norteamericanos contra cualquier cambio, especialmente contra los que EE UU no controla. Desconocer esa presión y su gran influencia implica justificar el gran garrote y sus resultados, cualesquiera que sean. No es culpa nuestra, eran así. ¿Aparecerá algún escritor dentro de 30 años para explicarnos que Daniel Ortega había decidido desde el principio convertir a su país en un yo-que-sé-qué y que todos sus actos obedecían a una lógica bien programada?-