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El viaje a Rabat, inicio del 'cambio de rumbo'

La visita realizada semanas atrás a Rabat, capital de Marruecos, por Aomar Mohamedi Dudú está relacionada con el cambio de rumbo en la situación de Melilla, que incluye la petición de la doble nacionalidad para los musulmanes y la proclamación del carácter árabe y magrebí de la ciudad, según distintas fuentes marroquíes. A excepción del nacionalista partido Istiqlal, el liderazgo de Dudú comienza a ser tomado en serio en Marruecos.Los habitantes de Nador primera ciudad marroquí próxima a Melilla, aparentan cierta ignorancia sobre lo que ocurre al otro lado de su frontera. Esta apariencia, sin embargo, no es real, puesto que se siguen con interés, aunque de puertas para dentro, todos los sucesos melillenses. Nador es un puesto de observación del Gobierno marroquí sobre lo que sucede en Melilla y también un punto de cruce familiar entre los musulmanes de uno y otro lado de la frontera. Rabat siempre ha situado en Nador a gobernadores de reconocido peso político.

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Mohamed Sudani, inspector del Istiqlal en Nador, no reconoce el liderazgo de Dudú, aunque sí confiesa que su partido apoya al movimiento musulmán "en la búsqueda de soluciones a sus problemas y a la consecución de sus libertades y derechos". Sudani asegura que Istiqlal posee en Melilla sus propios grupos organizados, que están a la espera de directivas del partido, hasta ahora no ordenadas. "Dudú no representa nada", asegura Sudani.

La visita de Dudú a Rabat semanas atrás tuvo eco en el interior de Marruecos por indiscreciones periodísticas de algunos medios de la oposición. Dudú se entrevistó con el ministro del Interior marroquí, Dris Basri, uno de los pocos ministros que despachan directamente con el rey Hassan II. Ningún periódico de Rabat informó del encuentro, pero en Marruecos, y especialmente en Nador, se sabe que Dudú mantuvo "importantes contactos", porque él mismo lo ha confirmado a la Prensa española.

En Rabat, según fuentes marroquíes, se podría haber recordado a Dudú que hay dos asuntos que no se pueden poner en cuestión porque tras ellos está la corona de Marruecos. La primera, la religión, y la segunda, las reivindicaciones históricas de Marruecos que nadie en el país discute.

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