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La relación de fuerzas convencionales impide la victoria final de uno de los bloques

Los efectivos militares convencionales de la Alianza Atlántica y el Pacto de Varsovia son tan potentes que "una agresión militar por parte de cualquiera de los dos bloques se convertiría en una acción de riesgos muy altos", según afirma el Instituto de Estudios Estratégicos en su informe anual The military balance (El equilibrio militar), hecho público esta semana. Para los analistas del instituto, la organización independiente más respetada en su género en el mundo, aunque la iniciativa proporcionaría una ventaja al atacante, "ninguno de los dos lados parece tener la suficiente fuerza para garantizar una victoria final".

La conclusión a la que llega el informe es totalmente pesimista en cuanto a la posibilidad de poder limitar una guerra en Europa a las fuerzas y el armamento convencionales. "Las consecuencias para el atacante serían totalmente impredecibles y los riesgos, principalmente de una escala nuclear, incalculables". Sin embargo, estas perspectivas no impiden que tanto EE UU como la URSS continúen con sus programas de modernización de sus fuerzas convencionales.En su análisis de los dos bloques, el informe pone de manifiesto que el debate en los países de la Alianza Atlántica sigue dominado por "las dificultades presupuestarias". A pesar del compromiso adoptado por los países de la OTAN en 1979 de incrementar en un 3% sus presupuestos de defensa, incluso los países más comprometidos como Estados Unidos, Reino Unido y Alemania Occidental se han visto obligados a partir de este año a disminuir sus gastos de defensa en términos reales.

A pesar de la modesta tasa de crecimiento de los países europeos y de la baja en los precios de los crudos, "es muy poco probable que los miembros europeos de la Alianza puedan aumentar sus gastos de defensa". Para el Instituto, estas dificultades presupuestarias han tenido una consecuencia beneficiosa, ya que han contribuido a estimular la creación de una industria europea de defensa, plasmada en proyectos comunes tales como el European Fighter Aircraft (Avión Europeo de Combate), proyecto en el que participa España, junto al Reino Unido, la República Federal de Alemania e Italia.

Con relación al Pacto de Varsovia, el informe pone de relieve los "programas de modernización que están, llevando a cabo los ejércitos de la Europa oriental, principalmente en los campos de proyectiles tierra a tierra y tanques".

Con relación al equilibrio entre los dos bloques, la conclusión del Instituto es que "no se ha producido un cambio significativo en el equilibrio numérico de las fuerzas convencionales en Europa en el último año", un equilibrio "generalmente favorable al Pacto de Varsovia, principalmente en equipo", sin contar con el hecho de que las diferencias tecnológicas entre el Oeste y el Este son cada vez menores.

La situación española

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Con relación a España, el informe no incluye las fuerzas militares españolas en los totales de la Alianza Atlántica. La explicación para el Instituto es que, "mientras la posición política de España con relación a la OTAN se ha clarificado, el papel de sus Fuerzas Armadas (en la Alianza) está aún por decidir".Según los expertos del Instituto, "pasarán algunos años antes de que el grueso de las Fuerzas Armadas españolas sea considerado verdaderamente apto para el combate".

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