Los demócratas recuperan el control del Congreso
El Partido Demócrata ha recuperado el control del Congreso norteamericano, que perdió en 1980 cuando Ronald Reagan fue elegido presidente. El Partido Republicano ha compensado relativamente esta derrota al conseguir un fuerte avance en las elecciones a los puestos de gobernadores de los Estados. Una participación ha sido baja, de un 38,5%, y de un 15% entre los menores de 30 años con derecho a voto, según un sondeo de la cadena de televisión ABC.
Los demócratas, que durante todo el mandato de Reagan han controlado la Cámara de Representantes pero que en 1980 perdieron la mayoría en el Senado, vuelven a dominar desde ayer la totalidad del Congreso, al arrebatar a los republicanos ocho escaños senatoriales, que otorgan a su partido una mayoría de 55 senadores frente a los 45 republicanos, si se confirmara el triunfo del candidato demócrata en Dakota del Norte, que anoche encabezaba el recuento. En la anterior legislatura, el partido de Ronald Reagan controlaba el Senado con una mayoría de 53 escaños frente a los 47 de los demócratas. Al mismo tiempo, los demócratas consiguieron incrementar ayer su mayoría en la Cámara de Representantes.Ademas de en Maryland y en Dakota del Sur, los demócratas acapararon los escaños senatoriales en los Estados meridionales, recuperando Maryland, Dakota del Sur, Alabama, Carolina del Norte, Florida y Georgia. Del total de entre los 12 escaños senatoriales en manos de su partido que fueron sometidos a votación, sólo perdieron los elegidos en el Estado de Misuri.
El propio Ronald Reagan, en su intento de preservar el control republicano del Senado, viajó durante la última semana de la campaña electoral a nueve Estados que han elegido, todos, a candidatos demócratas.
Los comicios pusieron en juego 34 de los 100 escaños senatoriales, de los cuales, según estos datos, los demócratas coparon 20.
En la Cámara de Representantes, que se renovaba en su totalidad (435 escaños), la victoria demócrata fue de menor grado, al pasar su mayoría de 253 a 260 escaños, frente a 175 que quedarán ahora para los republicanos, de confirmarse las proyecciones en varios Estados donde el recuento iba reñido. Tradicionalmente, el partido en el poder en la Casa Blanca, en este tipo de elecciones, venía perdiendo entre 30 y 40 escaños. Esta limitación al mínimo de las ganancias de los demócratas en la Cámara Baja fue considerado como una "hazaña histórica" por los republicanos.
Es en las elecciones de gobernadores donde el Partido Republicano ha logrado una victoria. Antes ocupaba 16 de estos cargos. Ahora, siempre según datos provisionales, le ha quitado 7 puestos a los demócratas, aunque estos últimos siguen controlando 26 gobiernos estatales. Los comicios sirvieron para la renovación de gobernadores en 36 de los 50 Estados de la Unión.
Gobernadores republicanos están ahora a la cabeza de los estados más poblados del país, pues se mantienen en California e Illinois y ganan el control de Florida y Texas. Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, ningún partido en el poder había ampliado el número de sus gobernadores en elecciones celebradas en la mitad de un mandato presidencial. En las elecciones a gobernadores parece pesar más la personalidad de los candidatos que su afiliación política.
Los resultados parciales y las proyecciones dieron la victoria a los candidatos republicanos para gobernadores en Alabama, Arizona, Florida, Kansas, Maine, Nebraska, Nuevo México, Oklahoma, Carolina del Sur, Texas y Winsconsin. Los republicanos perdieron en Oregón, Pennsilvania y Tennesee, donde buscaban su reelección.
