Personalmente, me tiene

sin cuidado todo el proceso mental y la asesoría legal que desarrolla el Ombudsman, en su artículo del. pasado domingo 12 de octubre. Creo que del conocimiento de la identidad del acertante millonario de la loto no se deriva ningún interés social, salvo aquel del cotilleo, más banal.Por tanto, huelga por completo hablar de derecho a la información o de si existe algún límite constitucional para éste. Es todo mucho más simple: los lectores, que seríamos los detentadores de ese derecho de información, no queremos tal. Y los que protestamos somos igualmente los lectores, no los asesores del Ombudsman.

En resumen, no lo han comprendido ustedes: no cuestionamos el derecho propiamente jurídico, sino que no queremos noticias gratuitas de sociedad en aquel periódico que compramos.-J. M. Palomo.