Aquino y Ponce Enrile hablan en privado sobre sus diferencias públicas
La presidenta de Filipinas, Corazón Aquino, se entrevistó ayer en privado con el ministro de Defensa, Juan Ponce Enrile, mientras Manila era presa del temor a una crisis política. Fuentes del palacio presidencial manifestaron que Aquino y Ponce Enrile conversaron a solas ayer durante cinco minutos, en un descanso de una reunión dedicada a discutir la situación en el sur de la isla de Mindanao, donde comunistas y separatistas musulmanes siguen levantados en armas.Se desconoce el contenido de las conversaciones entre la presidenta y el titular de Defensa, aunque circulaban especulaciones de que Ponce Enrile estaba a punto de dimitir o forzar su cese. El ministro, que ocupó la misma cartera con el anterior presidente, Ferdinand Marcos, participó el domingo en una manifestación anticomunista a cuyo boicoteo había apelado Corazón Aquino. Ponce Enrile, en contra de Aquino, cree que no se puede confiar en negociaciones con los comunistas para poner fin a una guerra de guerrillas iniciada hace 17 años. Los militares no han disimulado sus dudas sobre el enfoque tomado por Aquino en esta materia.
El vicepresidente, Salvador Laurel, canceló su viaje a Yakarta para la reunión ministerial entre la CE y los países de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN), que ayer inauguró el presidente Suharto de Indonesia. Laurel ha emergido como mediador en la disputa entre Aquino y Ponce Enrile, pero su papel no está claro. En un momento dado, un portavoz de la vicepresidencia reconoció ayer tal mediación, pero luego negó que fuera ésta la razón de la cancelación del viaje de Laurel.
Tres ministros han pedido públicamente la dimisión de Ponce Enrile, pero éste: ha adoptado una actitud ambigua sobre sus intenciones. Ponce dijo el pasado fin de semana que el Gobierno de Aquino caería si él se viera forzado a abandonarlo. Fuentes castrenses recalcaron la neutralidad de las fuerzas armadas en esta disputa, pero señalaron que los militares están "en una posición delicada, al tener que responder a la vez ante Enrile, el ministro responsable, y la presidenta como comandante en jefe".
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