Sigue abierta la crisis en Bélgica
La crisis política belga, aparentemente zanjada el viernes, se reactivó en la madrugada de ayer de forma sorprendente, hasta el punto de que peligra nuevamente la estabilidad del Gobierno de coalición que más tiempo ha conseguido mantenerse en el poder desde la II Guerra Mundial.
Roger Wynants, el hombre propuesto por el ministro del Interior, Charles Ferdinand Nothomb, y nombrado el viernes por el rey Balduino al frente del conflictivo Ayuntamiento de Fourons, renunció finalmente a jurar el cargo para el que acababa de ser designado. Preguntado sobre su cambio de opinión, se limitó a contestar que "Nothomb es un hombre muy hábil", dando así a entender que le había convencido para que aceptara el puesto.A consecuencia de esta decisión de Wynants, su predecesor en el puesto, el rebelde José Happart, elegido esta semana primer teniente de Fourons, volvió a ser alcalde, aunque esta vez sólo en funciones, y su presencia a la cabeza del Ayuntamiento plantea al primer ministro, Wilfried Martens, el mismo problema que motivó su dimisión el pasado miércoles. La crisis se inició cuando el Consejo de Estado declaró que Happart, un valón francófono que no habla flamenco, no podía ser alcalde de Fourons, una localidad enclavada en Flandes y con una fuerte minoría flamenca.
Por ahora, Martens no ha presentado de nuevo su renuncia, pero sí lo hizo, en cambio, ayer de madrugada, su ministro del Interior, Nothomb, por considerarse responsable del fracaso de la fórmula inventada -la designación a dedo de Wynants- para superar la crisis gubernamental provocada por los sucesos de Fourons.
La dimisión de Charles Nothomb, valón y, por tanto, francófono, rompió el delicado equilibrio lingüístico en el seno del Ejecutivo e impedía, en consecuencia, que se celebrasen consejos de ministros a menos que el jefe del Gobierno nombrase a un sustituto de la misma comunidad lingüística, lo que Martens se apresuró a hacer, designando ayer mismo a Joseph Michel para desempeñar la cartera del Interior.
Las próximas reuniones del Gobierno estarán dedicadas a la búsqueda de un candidato que reúna las condiciones lingüísticas -buen conocimiento de ambos idiomas oficiales, francés y flamenco- y acepte ser nombrado alcalde de Fourons.
Un tercer fracaso podría obligar a Martens, que ejerce el cargo desde hace seis años, a presentar de nuevo una dimisión que el rey Balduino difícilmente podría rechazar esta vez.
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