Los muchos géneros de un autor
El dramaturgo, poeta, novelista, músico, actor, ensayista político, y, recientemente, cineasta, Wale Soynka, flamante, premio Nobel, nació en Abeokuta (Nigeria suroccidental), en tierra yoruba, en 1934. Estudió en las universidades de Ibadan (Nigeria) y en la de Leeds (Reino Unido), graduándose en filología inglesa. Enseñó en Londres y trabajó, desde 1958, como escritor para el Royal Court Theatre, donde representó su obra The lion and the jewel. De estos años es también The swamp dwellers.De vuelta a Nigeria, es uno de los fundadores del Club Mbari, Colabora con poemas y artículos en las revistas literarias The Horn y Black orpheus, enseña en las universidades de Ibadan, Lagos e Ife, y funda su propia compañía teatral, The 1960 Masks, que representó, entre otras, la obra A dance of the forests, con la que gana un premio literario inglés y que es representada con ocasión de las fiestas de la independencia de Nigeria en 1960. Más tarde dirigira la compañía teatral Orisun, estimulando notablemente la vida literaria y teatral nigeriana.
Hombre de izquierdas, crítico de los políticos corruptos y del centralismo, esto lo lleva a prisión dos veces (en 1965 y, por su actitud pro-biafreña, durante dos años en 1967-69). En ella escribirá alguna de sus mejores obras (poemas, recuerdos de cárcel y en la misma recibir un premio literano de la Commonwealth por su novela The interpreters). Hasta 1972 es director de la Escuela Dramática Universitaria de Ibadan, y luego enseñará literatura comparada en la Universidad de Ife y dirigirá también su departamento de Arte Dramático. En 1985 es presidente del Instituto Nacional de Teatro de la Unesco, y en 1986 será elegido miembro de la academia norteamericana de Artes y Letras.
Es uno de los principales críticos del movimiento de la negritud, surgida en el seno de la elite intelectual africana de las colonias francesas, entre los "asimilados" que pretenden "demostrar su valía y capacidad aceptando la cultura y lengua francesas", y convirtiéndose, según sus críticos, en "franceses negros", en un híbrido cultural cuyos excesos "racistas" Soyinka criticará.
La "necesariedad" de la negritud, para Soyinka, quedará plasmada en la frase lapidaria: "El tigre no proclama su tigritud, el tigre salta", y como los demás escritores anglófonos africanos, preferirá "hacer, mejor que decir". La administración colonial británica, en cambio, no es asimiladora; por debajo de ella permitela supervivencia de la civilización, las lenguas, y los modos de vida africanos; así, si apenas habrá asimilados, los intelectuales y artistas quedarán ligados a su fondo cultural, no imitarán a Europa, utilizarán sus propias lenguas, -y el inglés, claro está- pero simplemente como instrumento de mayor proyección, como lingua franca. Su producción literaria será comprendida por públicos muy amplios y nunca perderá el contacto con el pueblo.
Soyinka escribe en yoruba y, sobre todo, en inglés, pero el yoruba ha dejado su huella en un lenguaje literario lleno de metáforas, muy poético, elegante, pero también muy complejo y a veces difícil. Soyinka, siempre desde una perspectiva crítica y politizada -en las elecciones nigerianas de 1980 será favorable al Partido de la Redención del Pueblo, izquierdista, que en 1983 los militares prohibirán- ataca en su obra la corrupción de las oligarquías gobernantes, el despotismo de las dictaduras, el golpismo militar, el tradicionalismo extremado, el imperialismo y el neocolonialismo, las injusticias sociales, la explotación y la dominación política y económica e incluso los accidentes de carretera.
Poeta, novelista, cineasta
Toca todos los géneros: es un excelente poeta, como podemos ver en Idanre and other poems (1967), Poems from prison (1969) y A shuttle in the crypt (1972); y un buen novelista (The interpreters (1965), Season of anomy (1973). A caballo entre la novela y los recuerdos de infancia, está Ake: years of childhood (1981). Entre sus volúmenes de ensayos o memorias debemos citar The man died: Prison notes (1972) y Myth, literature and the african world (1975). Recientemente se ha aventurado en el mundo del cine con Blues for the prodigal (1985), que ha tenido problemas con el régimen militar.
Pero el teatro es el género preferido del nuevo Premio Nobel y por el que es conocido en todo el mundo, y el que sin duda ha tenido más peso en la decisión de la Academia sueca. Para Soyinka, el teatro debe ser siempre popular, elaborado en una situación social y política determinada. Se basa frecuentemente en la mitología yoruba, pero también en temas modernos interpretados según las normas africanas, incorporando a un escenario, a un local cerrado, a unas formas y técnicas a veces europeas, una interpenetración estrecha entre el gesto, la palabra, la música, la improvisación.
Como en el teatro tradicional africano, en el de Soyinka se efectúa una síntesis en el plano técnico -mezcla de comedia, tragedia, epopeya, etcétera-, y en el retórico -el actor canta, mima, baila, habla-. Como dice la africanista belga Lilyan Kesteloot, Soyinka "se mantiene muy próximo a la literatura tradicional, pero es muy moderno por su formación intelectual, lucidez crítica, estilo propio, mezcla de realismo puro y poesía contenida, de sutil encanto".
Soyinka ha escrito las siguientes obras teatrales: The swamp dwellers (1958) y The lion and the jewell (1959); The trial of brother jero (1963), Jero´s metamorphosis, (1973), A dance of the forests (1963), Kongi's harvest (1967), Madmen and specialist (1970), The strong breed (1966), The road (1965), Death and the king's horseman (1975), The bacchae of Euripides (1973), Opera wonyosi (1981), A play of gigants (1984) y Requiem for a futurologist (1985).
La obra de Soyinka traducida a numerosas lenguas pertenece a la literatura mundial. Es de esperar que pronto -aunque con retraso, como siempre- lo sea también en España.
La editorial Alfaguara, de Madrid, tiene prevista la publicación de tres obras de Soyinka.
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