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LA ÚLTIMA MUJER DEL PINTOR

Siete mujeres en la vida de un artista

La primera mujer con la que Pablo Picasso compartió su vida de una manera estable fue Françoise Olivier, con quien vivió seis años. Había estado casada con un escultor. Era la época bohemia del Bateau Lavoir. "Si no se le conocía, no había nada de seductor en él", dijo ella en una ocasión. "Sin embargo, su mirada extraña e insistente llamaba la atención. Era difícil situarlo socialmente, pero ese resplandor, ese fuego interno que uno percibía en él generaba una especie de magnetismo al que no pude resistirme". Se separaron cuando comenzaron los éxitos del pintor.A partir de 1912, es decir, cuando tenía 31 años, Picasso convivió con Marcelle Humbert, cuyo apelativo cariñoso, Ma Jolie Eve, escribió el pintor en muchas telas. Cuando ella murió, cuatro años después, él escribió en un telegrama: "Mi pobre Eve ha muerto. Un gran dolor para mí... Siempre fue tan buena conmigo".

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Su primer matrimonio fue con Olga Jojlova, bailarina rusa con quien se casó en una boda por el rito ortodoxo, en la que fueron testigos Apollinaire, Max Jacob y Cocteau. Con ella tuvo su primer hijo, Pablo, al que el artista pintó en numerosas ocasiones. Pero los gustos sociales de Olga, aficionada a una vida burguesa de salón, parece que los distanciaron.

Picasso ya había cumplido los 50 años cuando conoció a Marie Thérèse Walter, una joven de 17 años, rubia y de temperamento espontáneo. Tuvieron juntos una hija, Maia, en 1935. Picasso, todavía casado legalmerite, le pidió el divorcio a Olga, pero ella no se lo concedió. Fue una época de crisis. Por ejemplo, le escribe a su amigo Sabartés para comunicarle que "a partir de esta noche renuncio a la pintura, la escultura, el grabado y la poesía para consagrarme por completo al canto".

El último año de Picasso junto a Marie Thérèse se entremezcló con el primero de una relación con Dora Maar, con quien vivió desde 1936 hasta 1945. Dora, hija de un croata y de una francesa, tenía el pelo negro y los ojos oscuros y era fotógrafa de profesión; gracias a ella se conservan excelentes documentos sobre la creación del Guernica. Inspiró al pintor algunos de sus retratos más celebres, aunque también de los más torturados. Amiga de Paul Éluard y Georges Bataille, también fue pintora.

La relación con Dora se resentía ya cuando el pintor conoció a Françoise Gilot, una joven pintora de 23 años, con sólidas bases intelectuales, que dudó mucho antes de acceder a vivir con él, según contó luego en un libro, Vivir con Picasso, que inolestó al pintor. Con ella vivió hasta 1953 y tuvo dos hijos: Claude y Paloma. Fue la única que le dejó, cansada, dijo, de "vivir con un monumento nacional".

El fin de esa historia dejó al artista abatido, y mantuvo una breve relación con Geneviève Laporte, que no llegó a ser estable. En 1954 conoció a Jacqueline Roque, que vendía. cerámicas en la Costa Azul, y con quien se casó en matrimonio civil -una sorpresa que le anunció el mismo día- cuatro años después. Fue ella quien acompañó al pintor hasta su muerte, 19 años después, en 1971.

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