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Los salvadoreños no tienen ni aspirinas para atender a las víctimas del terremoto

El presidente salvadoreño, el democristiano José Napoleón Duarte, declaró ayer que ya van enterrados 890 muertos a consecuencia de los terremotos del pasado viernes, que produjeron más de 10.000 heridos y dejaron sin hogar, a 200.000 personas. Duarte presentó un resultado ¡penoso de la situación del país, donde apenas quedan unas aspirinas disponibles, y apeló a la comunidad internacional para que acuda en ayuda de El Salvador.

(Otro fuerte temblor, de cinco grados de magnitud en la escala de Richter y que duró siete segundos, se registró ayer a las 16.27 (23.27, hora peninsular española) en San Salvador y causó pánico entre la población de la capital salvadoreña, que corrió hacia las calles. Más de 800 temblores se produjeron desde el pasado viernes, informa Efe).En una conferencia de prensa celebrada a, las 21.00 del domingo (4.00 del lunes, hora peninsular española), en el recinto de la radio del Ejército, Duarte hizo un resumen de la situación planteada por los terremotos y dijo que los daños causados obligarán a reconstruir todo el centro de San Salvador y que será necesario demoler la mayoría de los hospitales. En una estimación personal, Duarte cifra los daños en 2.000 millones de dólares (más de 260.000 millones de pesetas).

La conferencia de prensa de Duarte en el recinto militar se celebró ya avanzada la noche, inmediatamente después de una reunión en aquel mismo lugar del Gabinete. La reunión con sus ministros, mandos militares y representantes de las comisiones creadas para solucionar los problemas derivados del terremoto duró tres horas. En su transcurso, Duarte presentó un panorama negro y leyó la cartilla a sus ministros, a los que advirtió de la necesidad de coordinarse y actuar con un mínimo de eficacia.

Según informaciones de un testigo de la reunión del Gabinete, José Napoleón Duarte reprendió en tono paternalista a varios ministros. El presidente les echó en cara que no le decían la verdad sobre la gravedad de la situación -Y que le habían informado mal.

Por eso, lamentó que el sábado, en una conferencia de prensa, hubiese informado falsamente al país de que había agua en la capital. El presidente dijo que él mismo se había informado y esto era falso porque en su propia casa no tenía agua y su mujer le había reñido por mentir en la television.

El presidente criticó el desbarajuste y explicó que habían llegado seis tanques grandes de agua, pero que nadie sabía a dónde habían ido a parar. Después de un rato de vacilaciones, uno de los ministros dijo que uno de los tanques parece que estaba en el hospital militar. La reunión adquirió aspectos grotescos cuando Duarte criticó que nadie se había preocupado de dar de comer a los que habían venido a ayudar a los damnificados. Explicó el presidente que el jefe de un equipo francés no había recibido nada durante todo el día más que continuas invitaciones para tomar cerveza. Esto provocó que, avanzado el día, estuviese ya con un elevado grado de alcohol en la sangre.

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El propio Duarte, según explicó, tuvo que sacar dinero de los fondos especiales presidenciales para pagar la comida. Duarte se lamentó de que envió esos fondos al Ministerio de Hacienda, pero nunca se encontraba al ministro. Duarte dijo después al ministro que, si se iba del despacho, encargase a alguien de sustituirlo, ya que no iban a gastarse el dinero en perseguirlo en taxis por toda la ciudad. En otro momento, preguntó al director de la Seguridad Social si era verdad que iban a llegar unos hospitales de campaña. El funcionario no pudo dar una respuesta convincente.

Llamada a la población

En la conferencia de prensa, el presidente salvadoreño apeló a la población para que continúe viviendo en la calle, ante el peligro de que se produzcan nuevos terremotos. Varios militares hacían mientras tanto corrillos al fondo, hablando en voz alta y sin prestar la menor atención a las palabras del presidente Duarte, que se presentó ante las cadenas de televisión con el ministro de Defensa, general Eugenio Vides Casanova, y el ministro de Comunicación, Adolfo Rey Prendes.Durante el Consejo de Ministros, los militares presentes no abrieron la boca y Duarte no se dirigió a ellos en ningún momento. En la conferencia de prensa, el ministro de Defensa rechazó en términos cortantes la posibilidad de una tregua con la guerrilla. Vides declaró: "No es cierto que haya una tregua", y dio cuenta de que se habían producido enfrentamientos con los guerrilleros, que "vienen a hacer algún tipo de acción".

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