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Las nuevas generaciones de historiadores debaten la vida cotidiana en la guerra civil

La razón del triunfo o del fracaso del golpe de Estado contra la República en 1936 se debió menos a la socioeconomía de cada región o provincia que a las opciones personales que asumieron los mandatarios civiles y militares en los primeros momentos. Esta fue una de las conclusiones del primer grupo de ponencias del seminario sobre la guerra civil, que fue inaugurado ayer en Granada y al que han acudido historiadores internacionales cuya media de edad es de 40 años.El congreso ha sido organizado por el departamento de Historia Contemporánea de la universidad de Granada, en colaboración con la Diputación provincial. Con él se pretende ofrecer una visión sobre la vida ciudadana durante los tres años de la guerra civil desde la perspectiva de las nuevas generaciones de historiadores.

La masonería y su consiguiente represión tras el 18 de julio fue otro de los episodios sometidos a debate. Dos grupos de trabajo abrieron simultáneamente las sesiones. El primero, presidido por Miguel Artola, y con Juan Pablo Fusi como comentarista, analizó las razones del triunfo de los militares sediciosos por regiones y la postura de los partidos políticos, iglesia, masonería y fuerzas del orden al comienzo de la contienda civil española.

Obsesión por la masonería

Según Juan Pablo Fusi, las vacilaciones del comandante de una plaza o de un gobernador civil y su disposición inmediata fueron los factores que determinarían el apoyo o no de una ciudad hacia el Gobierno legítimo. Fusi expresó su extrañeza por la obsesión franquista de acabar con la masonería, máxime cuando no se trataba de un partido político, y cómo su represión dio lugar a una imagen popular diabólica."Me pregunto", dijo, "qué le podría interesar a un pueblo, que gozaba viendo película como Nobleza baturra, lo que fuera la masonería". El segundo grupo de ponencias giró sobre las operaciones militares de la guerra civil y fue presidido por Ramón Salas Larrazábal, actuando como comentarista el profesor Michael Alpert. Tras el debate público de las comunicaciones, que fue seguido por un público mayoritariamente joven, se celebró una mesa redonda sobre la respuesta popular ante la rebelión facciosa y sus más inmediatas consecuencias. El encuentro, titulado Los nuevos historiadores ante la guerra civil, será clausurado mañana por el hispanista Raymond Carr, quien hablará sobre la relación del escritor George Orwell con la guerra civil.

Otros aspectos que serán analizados serán la economía de la guerra, los movimientos sociales, la dimensión internacional del conflicto y sus repercusiones en el mundo del arte y de la cultura.

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