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ECOLOGÍA

La destrucción de los bosques, verdugo de las especies

La historia de la vida sobre la Tierra ha estado jalonada por extinciones en masa, la desaparición súbita de plantas y animales, posiblemente por impactos de meteoritos gigantes o cometas. Mientras los expertos debaten las causas de estas catástrofes, científicos reunidos en EE UU en un foro sobre biodiversidad han advertido que actualmente se está produciendo otra extinción en masa de incalculables consecuencias: la que afecta a los bosques tropicales, que a su vez, entraña, la de las especies que los habitan.

Más de la mitad de las especies existentes, incluyendo los dinosaurios, desapareció, en uno de los más dramáticos accidentes globales, hace 45 millones de años. Sin embargo, el problema no está causado esta vez por visitantes celestiales, sino por el hombre.Los expertos atribuyen el desastre ecológico en curso a la sistemática destrucción de los bosques tropicales del mundo, especialmente los situados en América Latina y el sureste asiático.

La deforestación causada por los leñadores, granjeros, rancheros y empresas mineras, afirma Norman Myers, un experto británico en temas de medio ambiente, producirá la desaparición de: un millón de especies para finales de siglo.

El catedrático de Ciencia de la universidad de Harvard Edward D. Wilson está de acuerdo. "Las extinciones que están produciéndose actualmente en todo el mundo", afirma, "van a ser tan grandes como la que ocurrió al final de la era de los dinosaurios".

Quizá lo que más preocupa a los científicos es el hecho de que las plantas y animales están desapareciendo a un ritmo mayor que el de su descubrimiento y estudio.

Los naturalistas han catalogado 1,6 millones de especies, una pequeña fracción de las estimadas, cuyo número oscila entre los cuatro y los 30 millones y que permanecen sin descubrir. Aunque la mayoría de estas especies desconocidos son insectos, incluso una criatura tan notable y de colores tan vivos como un periquito del género Pyrrhura, que todavía no tiene nombre, escapó al interés científico hasta su descubrimiento en Ecuador en 1980.

"Nadie conoce la diversidad del mundo, ni siquiera su orden de magnitud aproximado", afirma Wilson. "No sabemos con seguridad cuántas especies existen, dónde se encuentran o lo rápidamente que están desapareciendo. Es como tener astronomía sin saber dónde están las estrellas".

Los bosques tropicales cubren aproximadamente un 7% del planeta y albergan casi al 50% de las especies conocidas de la Tierra. Una hectárea de bosque exuberante puede contener más de 100 especies de árboles, cada una con su colonia interdependiente de plantas y animales.

Pero en los últimos siglos, el área del planeta cubierta por bosques tropicales ha disminuido en un 44%. Según un estudio de las Naciones Unidas, 59.000 kilómetros cuadrados [superficie equivalente a la de Castilla la Nueva] de bosques tropicales son destruidos cada año.

Ecosistemas amenazados

Estos ecosistemas amenazados han demostrado ya ser una fuente valiosa de medicinas, alimentos y almacenes genéticos para las cosechas. A la búsqueda de plantas para aplicaciones medicinales, Mark Plotkin, director del programa de plantas de la organización World Wildlife Fund (WWF), ha pasado meses viviendo con la tribu tiri, en la frontera entre Surinam y Brasil, estudiando las plantas poco conocidas que los brujos utilizan para tratar pacientes. "Cuando muere alguno de los brujos", señala, "es como si se hubiera quemado una biblioteca".Plotkin y sus colegas están calibrando el potencial económico de especies como las patatas asesinas, que atrapan a los insectos; la palmera buriti del Amazonas, rica en vitaminas A y C; la palmera pupunh, cuyas proporciones de carbohidratos, proteínas, aceite, minerales y vitaminas le convierten en dieta ideal, y la Fevillea, una vid con semillas ricas en un aceite que podría ser utilizado como lubricante industrial.

Banco de genes

Incluso las plantas y animales que no tienen uso inmediato son merecedoras de ser salvadas. Cada una contiene un depósito único de genes que pueden tener algún día aplicaciones importantes en bioingeniería. "Las especies naturales constituyen la biblioteca con la que trabajan los ingenieros genéticos", afirma el vicepresidente del WWF, Thomas Lovejoy. "Los ingenieros genéticos no fabrican genes nuevos, reacondicionan los que ya existen".Alarmados por el ritmo de la deforestación tropical, los científicos no se privan en la actualidad de criticar los proyectos comerciales y de desarrollo que causan la destrucción de grandes zonas de bosques tropicales. "Antes, los biólogos creían, que era casi acíentífico entrar en temas de la conservación de la, naturaleza", afirma Lovejoy, "pero ya no, porque la gente empieza a darse cuenta del ritmo de pérdida de las especies".

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