Rau defiende un rápido abandono de la energía atómica en la RFA
El candidato socialdemócrata a la cancillería de la República Federal de Alemania, Johannes Rau, intervino ayer inesperadamente en el debate del Parlamento federal sobre política energética para defender un rápido abandono de la energía nuclear y acusar al Gobierno de haberse quedado anclado en posiciones obsoletas pronucleares.La intervención de Johannes Rau no estaba prevista en el orden del día, pero, en calidad de presidente del Gobierno de un Estado federado, de Renania Westfalia en su caso, tiene derecho a intervenir en todo momento ante el Bundestag.
No obstante, el efecto sorpresa no se produjo, ya que, como ayer se supo, el Gobierno de la RFA había conocido ya la noche anterior que Rau tenía intención de intervenir ante el pleno.
Por ello, acudieron al debate no sólo el ministro de Economía, Martin Bangemann, responsable del informe sobre política energética, al que se debía el debate, sino también el ministro de Investigación, Heinz Riesenhuber, y el ministro de Medio Ambiente y Seguridad Nuclear, Walter Wallmann.
La sesión se convirtió así en un enfrentamiento al más alto nivel entre las concepciones de política energética de Gobierno y oposición.
El plan energético del Gobierno parte de la base de que la utilización comercial de la energía nuclear es necesaria y justificada.
Bangemann expone: "La energía no es para nosotros tampoco la última palabra", pero una política responsable debe evaluar todos los factores y riesgos y, por ello, en un futuro previsible, no es posible renunciar a esta fuente de energía.
El candidato del Partido Socialdemócrata (SDP) a la cancillería acusó al Gobierno de demostrar ceguera política aferrándose a la energía nuclear.
El plan energético del Gobierno pone además en peligro, según Rau, decenas de miles de puestos de trabajo en las minas de carbón de Alemania Occidental, especialmente en los Estados del Sarre y Renania Westfalia, ambos gobernados por mayoría absoluta socialdemócrata.
Rau reiteró su oposición a la puesta en marcha de la nueva central nuclear de Brokdorf, para la que el Gobierno federal acaba de dar luz verde, y a la construcción de la planta de reproceso de combustible nuclear de Wackersdorf, en Baviera.
