Paloma de altos vuelos
El escenario del Monumental es muy grande. Paloma es menuda como un suspiro. El escenario, sin embargo, se le queda pequeño a esta mujer frágil, sensual, saltarina, cimbreante. Paloma San Basilio no tiene otro remedio que ser ambiciosa por derecho. En su espectáculo no se priva de aparecer emperifollada con todos los aditamentos clásicos de las grandes estrellas del music-hall: lentejuelas, oropeles, plumas, marabús, sombreros, vestidos indescriptibles, escalinatas, coros. Pero es que, además, esta mujer canta muy bien y lo canta todo.Sin embargo, esa omnipotencia tiene el peligro de la dispersión, de la indefinición. Uno no sabe con qué faceta quedarse: éxitos de Sinatra, Liza Minelli o Barbra Streissand, boleros, ternas de Juan Carlos Calderón, ritmos caribeños, fragmentos de la ópera rock Évita... Nada hay quese le resista. Pero este prodigio de facultades en muchas ocasiones se vuelve contra un artista: la prepotencia de los dioses emociona, pero también abruma. Y el público se queda perplejo, anonadado; quizá sea éste el motivo por el que Paloma San Basilio tenga para muchos la imagen de una diosa lejana e linasible.
Vuela alto
Espectáculo de Paloma San Basilio. Coreografía: Giorgio Aresu. Dirección musical: José María Chova. Dirección artística: José Ramón de Aguirre. Teatro Monumental. Madrid. Hasta el 5 de octubre.
En este espectáculo se ha intentado una encarnación, un acercamiento a la humanidad pecadora. Paloma pretende acortar distancias y dialoga con el coro, pero estas conversaciones suenan forzadas, como de plástico.
Por lo demás, el espectáculo posee un ritmo trepidante y un sonido perfecto. En algún momento el público ovaciona largamente, como si se quedara estupefacto ante los matices de esa voz portentosa. Paloma San Basilio tiene todo lo que hay que tener para triunfar y para convencer. Solo le hace falta un buen guión.
Babelia
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