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De la 'democracia futbolística' a la ley del embudo

El reglamento de cajas de la Generalitat reduce la representación de Barcelona al 20% de la ley estatal

Andreu Missé

La llamada democracia futbolística con que Ernest Lluch bautizó la forma de elección de los representantes de las cajas de ahorro (por utilizar el sistema de compromisarios, como en los clubes de fútbol) tendrá una alternativa de representación todavía menos proporcional a la población en Cataluña si prospera el reglamento elaborado por la Generalitat. Aquel procedimiento, que no pudo ser eliminado por el decreto Fuentes de 1977 -que buscaba una mayor democratización de las entidades-, podría consolidarse con el nuevo sistema. La ciudad de Barcelona, la de mayor tradición en el mundo del ahorro español, con el reglamento autonómico verá reducida su representación en las 11 cajas catalanas a nueve consejeros, es decir, a un 20% de la que le otorgaría el reglamento vigente en el resto del Estado.

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Liquidacion de la autonomía local

Cuando en 1844 se fundó la Caja de Ahorros de la Provincia de Barcelona -nombre con que se fundó la Caixa de Barcelona-, el ayuntamiento barcelonés tuvo un papel fundamental en la creación. No sólo la promovió, sino que le cedió su primer local en la plaza Sant Jaume. La gran expansión que ha registrado la entidad, hasta convertirse en la tercera de España, dificilínente pudo ser imaginada por el entonces alcalde de la ciudad, Josep Parladé, que tanto la apoyó. Pero tampoco nadie hubiera sospechado entonces que sería una institución catalana, como la Generalitat, la que intentaría recortar al municipio sus derechos de representación.La nueva ley de órganos rectores de las cajas de ahorros concede a los ayuntamientos una representación del 40% en la asamblea de las entidades, que tendrán entre 60 y 160 consejeros. Con esta presencia de los gobiemos municipales se pretendía reducir a un 44%% el porcetanje de consejeros elegidos por los impositores por la compleja vía de compromisarios, que actualmente suponen una aplastante mayoría en la cajas. Ahora, la Generalitat ha encontrado una fórmula para desarrollar esta forma de participación para que la elección de consejeros no dependa ni de la mayor o menor presencia de una entidad, sino del signo político de los municipios y comarcas.,

Un solo consejero

Según algunos estudios, en el caso de la Caixa de Barcelona, por ejemplo, resulta que esta en tidad -que tiene en Barcelona 206 oficinas, que representan el 45% sobre su total, y unos saldos sobre los recursos ajenos que pueden oscilar entre el 60% y el 70%- si prospera el reglamento de la Generalitat tendría en su consejo, de 160 miembros, un sólo representante del Ayuntamiento. Se concede la misma representación a Barcelona que a los ayuntamientos de Mora d'Ebre, Torelló, Falset ó Cercs.

En La Caixa se produciría una situación similar. Un 34% de los recursos ajenos y el 30% de las oficinas de esta entidad se encuentran en Barcelona, cuyo ayuntamiento también pasará a tener una representación de entre uno o dos consejeros en su asamblea. En La Caixa la representación del ayuntamiento de Barcelona sería la misma que la que correspondería al de Sort o Gandesa, que tienen en su término municipal una sola oficina y el 0,3% de los recursos ajenos.

Un informe subraya que, según como se aplique el reglamento firmado por el conseller Josep Maria Cullell, podría darse la situación extrema de que el Ayuntamiento de Barcelona sólo tuviese un representante en una caja. En los cuadros adjuntos se exponen las abismales diferencias que se producen entre aplicar el sistema del Estado y el de la Generalitat.

El Ayuntamiento de Barcelona argumenta que este proyecto supone una auténtica "discriminación" para la ciudad. Mientras el reglamento estatal le concedería 48 consejeros en el conjunto de las cajas, el autonómico le otorgaría un máximo de 9. El reglamento propuesto por el Gobierno Pujol prima a las zonas rurales frente a las urbanas. En las primeras, más despobladas, hay una hegemonía de Convergencia, mientras en las segundas tienen ayuntamientos con predominio de izquierda. El reglamento estatal considera fundamentales los índices de población y el número de oficinas que hay en cada localidad, aunque este criterio está corregido para reforzar proporcionalmente la presencia de las zonas rurales. Los consejeros municipales se reparten según el número de oficinas y una lista de municipios.

Una de las cuestiones que ha despertado mayor sorpresa a los expertos es que un decreto de un interés tan dudoso para la ciudad de Barcelona haya sido firmado por quien es precisamente un candidato a la alcaldía, Josep Maria Cullel. La sorpresa ha sido mayor para quienes conocían las gestiones efectuadas por el conseller cerca del alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, para lograr un acuerdo.

En una reunión del Federación Catalana de Cajas, Cullell tranquilizó a los directivos dándoles a entender que no se producirían tensiones partidistas. La respuesta al texto preparado por la Generalitat ha sido que tanto el Ayuntamiento como la Diputación de Barcelona ya han recurrido el reglamento, mientras en las cajas se ha creado una sensación de incertidumbre.

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