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Suicidio de una mujer que tramitaba su separación

Esperanza Sánchez, de 49 años, encontró la muerte el pasado 24 de septiembre tras arrojarse desde un sexto piso situado en la calle de Andrés Mellado de Madrid. El escenario del suicidio se encuentra a pocas manzanas del piso en el que Esperanza Sánchez había vivido hasta el mes de julio de este año, y del que fue desalojada como consecuencia de la sentencia de separación matrimonial que atribuía al marido el uso de la casa por ser el suyo "el interés más necesitado de protección".La Asociación de Mujeres Separadas, que ha respaldado a Esperanza Sánchez en sus denuncias sobre la actuación del juez encargado del caso, Miguel López Muñiz, estima que ha sido "la situación de indefensión a la que se ven sometidas las mujeres que tramitan su demanda de separación" lo que le ha llevado "a acabar con su vida".

Asociaciones políticas y feministas permanecen encerradas desde ayer en la Asociación de Mujeres Separadas en señal de protesta. El encierro concluirá a las doce de la mañana de hoy, seguido de una concentración ante el Ministerio de Justicia.

Pese a ser maestra, Esperanza Sánchez no había ejercido su profesión por la oposición de su esposo. Tras la separación, vivía en lo que denominaba "el exilio", un apartamento en la sierra sin teléfono (su marido había ordenado cortarlo). Sus dos hijos menores, estudiantes universitarios, habían decidido seguir bajo el techo paterno.

El día anterior a su muerte estuvo en la sede del Consejo del Poder Judicial acompañada por Ana María Pérez del Campo, presidenta de la Asociación de Separadas, y la abogada Paca Sauquillo para interesarse por la denuncia que había presentado contra Miguel López Muñiz. "Pase lo que pase conmigo" dijo Esperanza a Pérez del Campo en un tono que ésta no supo interpretar, "os pido que sigáis luchando". Por la noche, mantuvo una entrevista con su marido.

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