Encierro en Fuenlabrada
Resulta patético que a muy pocos kilómetros del rompeolas de las Españas se haya ofrecido una lámina medieval sin que se inmute nadie. Si la vara de los ediles se convierte en garrote inquisitorial, ¡demos cuerda al ovillo! Los autos de fe son moneda gratuita y desapercibida; no sólo no se persiguen de oficio, se subvencionan como signo de cultura. Es obvio que toda fiesta viene representada por el júbilo de la vida. Relacionar la muerte con la cultura es la ceremonia de la confusión más desoladora. El que la mocedad de un pueblo se diverta con la tortura de unos seres animales es un divorcio tan manifiesto entre la sensibilidad y la cultura que sólo puede explicarse a través de cocientes groseros, feroces y primitivos. -
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