_
_
_
_
34º FESTIVAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁN

'La promesa', del japonés Yoshishige Yoshida, recupera el genio subversivo del cine

ENVIADO ESPECIALEl certamen, después del bajón del lunes volvió a ponerse al rojo vivo ayer con la proyección del desazonador filme La promesa, del japonés Yoshishige Yoshida. Es una obra de enorme y seca fuerza, una austera ficción esculpida con durísimos golpes de verdad. Cine mayor, de genuina estirpe revolucionaria. Completó la jornada Francesca es mía, de italiano Roberto Russo, una buena comedia que deriva en mala tragedia, protagonizada por Mónica Vitti, la actriz fetiche de Antonioni.

Más información
Proceso al grupo Baader-Meinhof

En La promesa, Yoshida penetra con absoluta sinceridad en un abismo contemporáneo: la enajenación de la muerte y la bestial condición a la que las sociedades avanzadas reducen a los ancianos agonizantes. Yoshida, hombre de 53 años, aspecto severo y ojos penetrantes, como taladros, pertenece a la generación de Nagisa Oshima, el único cineasta de esta etapa del cine japonés que ha logrado romper las fronteras de los mercados occidentales.La referencia a Oshima puede ser útil para entender un aspecto de la compleja figura de Yoshida, pues, aunque el estilo de éste es muy diferente y parece menos preocupado que su colega por las cuestiones formales, se percibe en La promesa una coincidencia de fondo con el autor de El imperio de los sentidos: el tratamiento extremadamente pudoroso de realidades extremadamente impúdicas.

La promesa, basada en una novela de Schuchi Sae, cuenta la historia de un matrimonio de ancianos, dementes seniles agonizantes, y de su entorno familiar. A través de ellos, Yoshida representa metafóricamente un pozo negro de la existencia humana en las sociedades industriales avanzadas. Este pozo negro es el de la enajenación de la muerte, el infierno de los llamados hospitales terminales, atroz expresión médica del horror actual por excelencia: la muerte clínica como sustituta civilizada de la muerte natural, sustitución a través de la cual Yoshida revela a nuestra civilización como un estadio avanzado de la barbarie.

El aprendizaje de la muerte

"Hoy morimos de enfermedad", dijo ayer Yoshida en San Sebastián, "no de muerte". Esta aparentemente cabalística, pero diáfana frase, es la esencia de su demoledora película, que se mueve más allá de la realidad, en los terrenos de la verdad entendida como negación de esa realidad.La promesa se sitúa, así, entre los filmes de genuina estirpe revolucionaria, un mazazo subversivo que provoca el rechazo en quienes, viéndolo, se sienten conscientemente o no aludidos por la condición insoportable ole lo que ocurre en la pantalla y eligen la ceguera como forma de autodefensa ante la agresión de la verdad.

Un síntoma: es el único filme del certamen que no provocó en el pase para la Prensa ni un solo aplauso ni un solo silbido ni un solo pateo. Siguió a su proyección un elocuente silencio, expresión del espeso malestar que la obra de Yoshida provocó en la concurrencia.

Yoshishige Yoshida, nacido en 1933, es un investigador del cine y ha escrito numerosos trabajos sobre la filosofía del uso de la cámara. Dirigió su primera película, Rokudenashi, en 1960 y seis años después fundó su propia compañía. Desde 1973 se ha dedicado esencialmente a la televisión, con series sobre arte mundial.

Yoshida acaba de abrir las tripas de un tabú y muchos huirán de su película como lo harían de la peste. Pero ésta ahí queda. El genio del cine revolucionario sobrevive siempre por encima de las desbandadas que provoca. Ése es su destino.

Terminada la proyección de La promesa, a la conferencia de prensa de Yoshida acudieron 10 o 12 personas. Unas horas antes, intentar acercarse a los pasillos abarrotados que conducen a esa misma sala de prensa era quimérico, pues dentro estaba Ursula Andress explicando a centenares de bocas abiertas con qué cosméticos consigue mantener tersa su piel. Unas horas después Yoshida decía suavemente y casi al vacío: "Cuando yo era un niño, solía ver a muchos ancianos en las calles. A su manera, eran felices. Se les respetaba, se les escuchaba, se les admiraba..., y los muchachos aprendíamos a vivir nuestra vida viendo el fin de la suya. Ahora, a los viejos los esconden en los hospitales y ya nadie nos puede enseñar el aprendizaje de la vida y de la muerte".

El regreso de Mónica Vitti

Respecto de Francesca es mía, de Roberto Russo, lo dicho: una buena comedia que deriva en mala tragedia. Hay que añadir que Mónica Vitti actúa maravillosamente y que reconforta ver que esta veterana actriz fetiche del cine de Antonioni sigue sus propios caminos con gran soltura y en calma.La historia narra las alternancias en el amor de un joven por una mujer mayor. El director ha colaborado con Antonioni, Buñuel y Ritchie. En 1979 recibió el premio Chianciano.

Sin Mónica Vitti esta irregular película, que tiene detalles excelentes y una resolución arbitraria y efectista, no sería casi nada. Con ella es algo una vez más, un actor o una actriz da a la pantalla lo que el director de la película no pudo o no supo darla.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_