La Administración de Reagan reacciona con cautela ante el acuerdo comunitario de intervenir en los mercados de cambios

La Administración Reagan, en un evidente esfuerzo piara no incrementar el grado de enfrentamiento con la CE, reaccionó ayer con una. mezcla de cautela y escepticismo al acuerdo comunitarío de Gleneagles (Irlanda) para intervenir en los mercados y detener la caída del dólar, cuya cotización se mantuvo estable en torno a los 2,03 marcos alemanes a la apertura. del mercado de Nueva York.Los expertos anticiparon ayer una semana de nervios en los mercados, en espera de que se celebre a final de estasemana la prevista, reunión del grupo de los cinco (Estados Unidos, Francia, Reino Unido, República Federal de Alenianla y Japón).

"El mercado será el último juez a la hora de analizar los efectos del acuerdo de la CE", manifestó ayer un portavoz del Tesoro. "Nuestra intención es no entrar en el camino de enfrentamiento con la CE y mantener el espíritu de cooperación de los acuerdos del hotel Plaza del pasado año", añadieron fuentes de la Casa Blanca, en una clara referencia a los compromisos financieros que, ayer hace exactamente un año, permitieron una acción coordinadora entre Europa, Japón y Estados Unidos para provocar una caída de la divisa noriteamericana, cotizada entonces a 2,80 marcos.

La estabilización del dólar puso por encima de la barrera psicológica de los dos marcos (2,03 en las primeras horas del mercado neyorquino) lo que parece asegurar un cierto éxito a la nueva estrategia comunitaria de impedir el deterioro de la cotización de la divisa norteamericana, que forzaría complicados reajustes internos dentro del Sistema Monetario Europeo (SME). Los bancos centrales europeos constataron que la declaración de Gleneagles ha resultado suficiente, por el momento, para contrarrestar la presión norteamericana de la semana pasada sobre Japón y la RFA para que estos países reduzcan sus tipos de interés, permitan una mayor depreciación del dólar y recojan el relevo en la política de estímulo de la economía mundial.

Con todo, fuentes del Tesoro norteamericano insistieron ayer que la Administración Reagan sigue convencida de la necesidad de mantener el espíritu de los acuerdos del Plaza del 22 de septiembre de 1985, negando, hasta cierto punto, que se haya producido en Irlanda un cambio sustancial en la política monetaria europea. "Es una simple respuesta irritada a las insistentes presiones de Washington para que la RFA y Japón bajen sus tipos de interés", manifestó un experto de Salomon Brothers.

No obstante, el silencio cauteloso del Tesoro norteamericano mantenía nervios ayer a los cambistas. "Todo el mundo está a la espera de que Washington abra la boca y cuándo lo haga, por determinar si lo hace en los términos agresivos expresados la semana pasada por James Baker (secretario del Tesoro), o si recurre a la negociación, dijo uno de los directivos de Searson Lehman / American Express. Baker provocó el pasado miércoles una tormenta en los mercados al declarar a la agencia Reuter que la RFA y Japón deberían bajar sus tipos de interés o permitir una mayor depreciación del dólar, para ayudar a Washington a recortar un déficit exterior que supera los 175.000 millones de dólares.

Coyuntura norteamericana

La preocupación por la débil evolución de la economía norteamericana continúa centrando la atención de las dos partes del Atlántico. Estados Unidos ha reducido notablemente la tasa de crecimiento de su economía en el primer semestre del año y ha puesto en duda de que se alcance el objetivo oficial de alcanzar un crecimiento del 4% en el producto nacional bruto a final dei año.

La reacción pausada de los mercados de cambio y de valores a la declaración dominical de la CE parece indicar, sin embargo, que ninguna de las dos partes del Atl-lintico adoptará medidas drásticas antes de que sus representantes se vean la cara este fin de semana en Washington con ocasión de la reunión del grupo de los cinco, al que presumiblemente asistirán, por vez primera, siete países, incluyendo Italia y Canadá. "Allí se verá si se sigue en el espíritu del acuerdo del hotel Plaza o se abre la brecha de la disensión", insistió un experto.

Mientras, lo más llamativo del acuerdo de Gleneables es que éste haya tenido lugar un año después exactamente del comproinso del hotel Plaza de Nueva York. El ministro holandés de Finanzas recordó ayer este acuerdo haciendo hincapié en la utilidad de su ignorancia, si bien sacando a la luz de que en aquella ocasión la Administración Reagan se comprometió a reducir el déficit fiscal y el exterior, sin que se hayan conseguido ningún resultado en estos frentes.

Por otro lado, ayer se destacaron en Washington las declaraciones del ministro alemán de Finanzas que, en una conferencia de prensa en Bonn, hizo un llamamiento formal para que ambas partes del Atlántico interrumpan sus declaraciones públicas sobre el dólar y la baja de los tipos de interés, con el fin de tranquilizar los mercados.