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EL TERRORISMO GOLPEA A EUROPA

El agregado militar de la Embajada de Francia en Líbano, asesinado en el sector cristiano de Beirut

El coronel Christian Goutierre, de 54 años, agregado militar de la Embajada de Francia en Líbano, fue asesinado ayer en Beirut Este. El atentado revela que el sector cristiano de la capital libanesa no es tan seguro como los occidentales allí instalados han querido pensar tras sus sucesivas evacuaciones del lado oeste o musulmán. El crimen confirma asimismo que fuerzas muy poderosas están decididas a conseguir la retirada militar y cultural francesa de Líbano. Poco después de que Goutierre cayera abatido, un soldado francés de las fuerzas de la ONU en Lilbano (FINUL) resaltó herido en el sur del país.

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Estupor era el sentimiento dominante ayer en la Embajada de Francia en Beirut. Nadie entendía cómo el agregado militar, una delicada y, en teoría, bien protegida pieza de la representación diplomática, había pedido morir en el mismo aparcamiento de la embajada, en el sector Mar Takla del barrio de Hasmieh. Y, lo que es. aún más sorprendente, cómo sus asesinos, habían podido operar sin dificultades.Christian Goutierre llegó en su coche particular hacia las 8.30 (7.30, hora peninsular española). Sorteó los bloques de piedra colocados para difícultar el trabajo de los conductores suicidas y se detuvo en la explanada situada frente al edificio diplomático, una construcción alta y moderna, custodiada por fuerzas militares y policiales francesas y libanesas.

El coronel bajó del automóvil en traje de paisano y caminó hacia la entrada. Un joven se le acercó por la espalda, sujetó su hombro y, cuando el militar giró la cabeza, le disparó tres proyectiles con la pistola que acababa de extraer de entre sus ropas. Goutierre cayó sin decir palabra; el agresor corrió hacia un coche, lo puso en marcha y huyó seguido por otro turismo.

Cuando los vigilantes se dieron cuenta de lo que ocurría, el agregado militar era un cadáver sobre el asfalto y los dos vehículos usados por los terroristas huían sin problernas del recinto de la embajada. Goutierre fue trasladado al hospital Dleu de France, en Beirut este, pero allí no pudieron hacer otra cosa por él que certificar su defunción.

El atentado de ayer, se decía en la embajada francesa, fue un "trabajo de profesionales", con lo que se quería señalar a militantes bien entrenados o pistoleros a sueldo, algo distinto de los locos de Dios, que en años anteriores habían reventado en Beirut embajadas y cuarteles occidentales al volante de camiones cargados de explosivos. Uno de esos atentados suicidas ocurrió, por cierto, en la embajada estadounidense, situada en el barrio de Aukar, en el gueto cristiano-libanés.

Pronto llegó la hora de las condenas y las reivindicaciones. El Gobierno sirio tomó la iniciativa de las primeras, mediante un comunicado oficial difundido en Damasco. Un hasta ahora desconocido Frente de la Justicia y la Venganza se atribuyó en seguida el atentado, con la habitual llamada a una agencia de Prensa occidental en Beirut oeste.

Las Brigadas Internacionales Antiimperialistas, grupo terrorista autor de atentados contra intereses franceses en Líbano y que reclama la liberación de Georges Ibrahim Abdala, detenido en Lyón, se atribuyó anoche el atentado en un comunicado en el que señalaba: "Todos los diplomáticos franceses serán blanco de nuestros actos revolucionarios. La suerte de Mitterrand y de Chirac será la misma que la del agregado militar".

Por su parte, los medios diplomaticos franceses en la capital libanesa optaron por reservarse su opinión acerca de la causa y la autoría del atentado, pero lo incluyeron en el marco del tremendo pulso que sectores radicales líbaneses sostienen actualmente con París. También recordaron que Louis Delamare, embajador francés en Líbano, fue acribillado en septiembre de 1981.

Francia mantiene desde tiempos de las cruzadas una apasionada relación con Líbano. Protectora histórica de los cristianos rnaronitas, potencia colonial en los primeros decenios de este siglo, Francia no deja indiferentes a los libaneses.

Acoso a la FINUL

Es el contingente francés de la Finul, el que sufre un particular acoso en el sur de Líbano desde el pasado 11 de agosto. Ayer mismo un casco azul francés fue herido cerca de Abasieh al hacer explosión unos cohetes de tipo katiuska. Los integristas shiíes, seguidores del imam iraní Jomeini, buscan la retirada de las fuerzas pacificadoras de la ONU, empezando por las que ondean la bandera tricolor. Esos mismos sectores son los que tienen en su poder a diplomáticos, como Marcel Carton; periodistas, como Jean Paul Kauffman, y otros rehenes franceses. En cambio, el sector más moderado del movimiento shií, el que se halla en Amal y dirige Nabih Berri, estima que la partida de la Finul sólo serviría a Israel.El pasado miércoles, Amal llevó a la huelga general a la mayoría de los habitantes de Tiro, Sidón, Nabatieh y Bint Beil y congregó en la primera de las ciudades surlibanesas citadas a decenas de miles de manifestantes. El motivo era expresar el apoyo a los cascos azules.

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