Fallos sucesivos de la policía francesa en la persecución de los autores de los recientes atentados
Los terroristas quieren ridiculizar al Gobierno francés demostrando no sólo su incapacidad para terminar con la ola de atentados, sino incluso su torpeza para hallar a los culpables. Ésta es una de las conclusiones en la que coinciden numerosos observadores y comentaristas políticos a propósito de lo que parecen ser dos fallos consecutivos y garrafales de la policía francesa en sus operaciones de búsqueda de los autores de los atentados que están ensangrentando París.
El primero de los fallos apuntados es la fracasada operación de búsqueda y captura de los hermanos Maurice y Robert Ibrahim Abdala, presuntos autores de los atentados, cuyas fotos fueron reproducidas en numerosos carteles en los que se ofrecía a quien les localizara un millón de francos (20 millones de pesetas), y la inmediata conferencia de prensa en el Líbano en la que ambos desmintieron su participación en los actos de terror.El segundo error, del mismo estilo, es la atribución, 24 horas después, de la matanza de la calle de Rennes -en la que murieron cinco personas y 61 resultaron heridas- a otro hermano de la numerosísima familia Abdala, Emile, y a un miembro de la banda, Salim el Juri. Emile Abdala fue localizado ayer mismo en Kubeyat, en el norte de Líbano, junto a sus hermanos Maurice y Robert. No obstante, fuentes policiales estimaron anoche en París que, al menos teóricamente, cabía la posibilidad de que Emile Ibrahim Abdala hubiera volado a Damasco tras el atentado del miércoles, con tiempo suficiente como para desplazarse luego en coche a Beirut y comparecer ante la Prensa en su domicilio de Kubeyat.
Mientras tanto, dos libaneses, Abel Buassi, de 34 años, y Faycal Zein, de 26, han sido expulsados ayer, con destino a Líbano, y otras siete personas fueron confinadas en París y Lyón, a la espera de ser expulsados de Francia.
"Respuesta fulminante"
Estos fallos y el asesinato, ayer por la mañana., de Christian Goutierre, agregado militar de la Embajada francesa en Beirut, parecen haber creado, según dichas fuentes, la desmoralización y la división sobre el camino a emprender incluso dentro del Gobierno.El primer ministro, Jacques Chirac, quiso ayer insuflar nuevos ánimos en sus conciudadanos prometiendo "una respuesta fulminante y sin debilidades", a la vez que lanzaba un llamamiento a la "calma, la dignidad y la valentía". Por la noche, Chirac prometió "poner todos los medios para castigar sin piedad a los asesinos" y anunció que hoy se reunirá con los dirigentes de los grupos políticos parlamentarios para llegar a un acuerdo sobre la política antiterrorista.
El presidente del Gobierno español, Felipe González, telefoneó ayer a Chirac para expresarle su solidaridad por los últimos atentados ocurridos en París.
El presidente, François Mitterrand, que se encuentra en viaje oficial en Indonesia, ha suspendido los actos que pudieran tener un carácter turístico o festivo.
"Estamos de luto y yo no tengo corazón para dar un paseo", afirmó ante el templo budista de Borodur, que no quiso visitar.
Las diferencias en el seno del Gobierno francés sobre las pistas a seguir eran señaladas ayer con énfasis por el diario Le Monde. Dentro del Gobierno, los políticos, de una parte, y los policías, de otra, mantienen al parecer tesis claramente divergentes los policías se han cerrado sobre la pista de la familia Abdala y los políticos abonan la tesis de la manipulación del grupo terrorista por parte de algún Estado interesado en la desaparición o como mínimo el debilitamiento del papel de Francia en Oriente Próximo.
En cuanto a los beneficios generados en política interior por la desmoralización y el terror, no hay lugar a dudas. El Frente Nacional, encabezado por Jean-Marie le Pen, se ha lanzado a la capitalización electoral del reto. En una reunión de diputados de extrema derecha en Toulouse, no ha dudado en calificar las medidas antiterroristas adoptadas por el Gobierno de "procedimientos de policía-espectáculo", añadiendo que "lo que es espectacular es generalmente ineficaz". Y, en una evocación de resonancias franquistas, Le Pen proclamó: "El Frente Nacional tendrá un candidato a las presidenciales y, si Dios me da vida, yo seré candidato". Según el líder ultraderechista, es una constatación objetiva" que "Jacques Chirac jamás será presidente de la República".
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