Un documento integrador preparado por Uruguay puede romper hoy el punto muerto en que se encuentra la conferencia del GATT
ENVIADO ESPECIAL El canciller uruguayo, Enrique Iglesias, preparaba ayer un documento integrador, propuesta de comunicado final, que persigue sacar a la conferencia ministerial del Acuerdo General sobre Comercio y Aranceles Aduaneros (GATT), que se celebra en Punta del Este, del punto muerto en que se encuentra. El documento, encargado a Iglesias por el presidente de la conferencia, recoge básicamente el denominado texto 47, que ya cuenta con el apoyo mayoritario de 59 de los 92 países asistentes, dando sin embargo un contenido más amplio y global al capítulo agrícola y probablemente separando la negociación entre bienes y servicios.
El documento uruguayo estaba siendo negociado en persona por el propio Iglesias en intensas consultas que comenzaron la noche del martes, segunda jornada de la conferencia de Punta del Este. El día de ayer (tercero) fue dedicado en su práctica totalidad a las negociaciones de pasillo en espera de que el Consejo de Ministros de la Comunidad Europea, cuyos miembros mantienen aún fuertes diferencias internas en el capítulo agrícola, concediera el mandato negociador a la comisión, que será quien acepte el texto final.
Francia, cuya delegación defiende la postura más radical y contraria a la mención de la palabra subsidios agrícolas, había propuesto un párrafo alternativo al capítulo agrícola recogido en el documento 47. En esencia, la postura francesa habla de globalizar las negociaciones agrícolas y referirlas no sólo al tema de los subsidios a la exportación de productos agrícolas sino también a otras fórmulas, como los derechos compensatorios, que dificultan el comercio de productos agrícolas. Asimismo, Francia insistía en que las futuras negociaciones dentro del GATT no deben estar en contradicción con la política agraria común de la CE.
Una propuesta presentada por la delegación colombiana para separar, dentro del propio GATT, el proceso negociador en las cuestiones de bienes y servicios, abrió la posibilidad a un entendimiento en el segundo capítulo importante de esta conferencia: los servicios. Colombia, que copatrocina, junto a Suiza, el documento 47, sugirió la apertura de dos procesos negociadores separados dentro de la futura octava ronda del GATT: uno relativo a bienes y otro de servicios (banca, seguros, tecnología, inversiones, etcétera).
Represalias cruzadas
Según fuentes solventes, India, que junto a Brasil capitanea el frente de países que se oponen a la inclusión de servicios dentro de la disciplina GATT, mantuvo sus reservas señalando que la nueva propuesta no resolvía el espinoso problema de las denominadas represalias cruzadas. Esto es, si un país viola las normas en servicios no debe ser castigado con represalias en bienes y viceversa.Ayer, el representante norteamericano, Clayton Yeutter, manifestó en conferencia de prensa que "aún persisten las diferencias", aunque se mostró confiado en que éstas queden resueltas antes de la noche del próximo viernes, último día previsto de la conferencia. Yeutter admitió la existencia de consultas con Francia y Australia, los dos países que representan los polos opuestos de la cuestión agrícola, señalando que se había alcanzado "un acuerdo en los conceptos, pero no en las palabras".La cuestión de servicios, en estos momentos, está centrada exclusivamnte en si el proceso negociador debe estar bajo el amparo del GATT como propone la mayoría de los países, o fuera de él, como sugiere India, Brasil y otros ocho países. Todo indica que el conjunto de los países firmantes del GATT están dispuestos a discutir la cuestión, si bien aún no se ha decidido el mecanismo y su repercusión sobre el resto de compromisos del acuerdo general.
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