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La exigencia de visados para entrar en Francia provoca problemas administrativos y diplomáticos

Lluís Bassets

La decisión del Gobierno francés de exigir visado de entrada a todos los ciudadanos extranjeros -excepto a los de la Comunidad Europea, Suiza, Andorra y Mónaco- entró en vigor a las cero horas de ayer, y ya ha planteado multitud de problemas, tanto en los puestos aduaneros como en los consulados franceses en todo el mundo. La medida afecta a 42 países con los que existían convenios para suprimir el trámite del visado. La policía francesa ofrece un millón de francos (20 millones de pesetas) a quien suministre información que conduzca a los autores de los atentados. Hoy se pegarán carteles de búsqueda de sospechosos.

Al caer la noche se produjo una nueva explosión, de origen desconocido y aparentemente sin causar víctimas, en el restaurante La Champagne de la céntrica plaza de Clichy.En cuanto a los visados, según explicó un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, los visitantes que hayan salido de sus respetivos países sin la correspondiente autorización podrán solicitarla a su llegada al hexágono. "Vamos a reforzar urgentemente las plantillas de los consulados, al tiempo que proseguimos a buen ritmo el proceso de informatización iniciado hace ya un año", añadió dicho portavoz. Las autoridades francesas están en conversación con los Gobiernos de Marruecos, Argelia y Túnez, a cuyos ciudadanos, por el momento, no se les está exigiendo el visado. "Estos tres países que cuentan con una numerosa población inmigrante en Francia disponen de un régimen particular", explicaron fuentes diplomáticas.

Los magrebíes están obligados desde hace años a solicitar antes de salir de sus países un doble formulario. Una copia queda en la aduana francesa, mientras la otra queda en propiedad del titular, que está obligado a presentarla a su salida. Fuentes diplomáticas dieron a entender que si no se exige el visado a los ciudadanos d los países de la CE, España incluida, es porque la legislación europea lo prohíbe taxativamente.

Críticas africanas

Los países afectados se habían manifestado comprensivos con las medidas, según la parte francesa. Sin embargo, el ministro de Asuntos Exteriores austriaco, Peter Jankowisch, ha expresado su consternación por la (decisión francesa, "contraria al espíritu de buena vecindad europea". Un embajador africano, cuya identidad no ha sido revelada, expresaba al diario Le Monde su disgusto. "Nuestras relaciones con Francia son tan profundas y múltiples, si no más, que las de los países de la CE, y esto no se puede tolerar", señaló el embajador.

El presidente del sindicato francés de agentes de viajes, Georges Tobomande, aunque ha manifestado su acuerdo con las medidas, piensa que el Gobierno también debe tomar algunas disposiciones para no desanimar a los turistas que deseen acudir a Francia. Pidió que los visados sean gratuitos y que haya suficientes empleados en las fronteras para atender a los solicitantes.

La asociación SOS-Racismo ha empezado a recoger firmas de intelectuales para un manifiesto en el que se alerta "contra las actitudes simplistas, las amalgamas cómodas entre la comunidad musulmana y los extremistas sanguinarios", a la vez que se condena enérgicamente la violencia terrorista y se advierte que "la lógica del estado de guerra, del Estado policial, la sospecha y la delación generalizadas no engendran más que arbitrariedad y confortan las actitudes racistas y xenófobas". A este propósito, el abogado de un ciudadano jordano ha presentado una denuncia por malos tratos por parte de funcionarios de la Dirección de la Vigilancia del Territorio (DST).

Por otro lado, el ex ministro del Interior Michel Poniatowski ha declarado que piensa participar en la campaña para el restablecimiento de la pena de muerte, y el ministro de Educación, René Monory, ha manifestado también su acuerdo con tal medida, a pesar de su escepticismo sobre sus efectos disuasivos.

Algunos sindicatos de policía notablemente la Unión de Sindicatos Sectoriales de Policía -que contó con un 30% de votos en las últimas elecciones sindicales-, se han manifestado también a favor de la pena de muerte.

El primer ministro, Jacques Chirac, sin embargo, rechazó tajante mente esta posibilidad el pasado domingo, a la vez que daba a conocer las actuales medidas antiterroristas.

La psicosis de la población parisiense no disminuyó ayer, después de la jornada negra del lunes, aunque descendieron notablemente las falsas alarmas. Pero prosiguieron los controles y los desalojos de lugares públicos. El primer ministro, Jacques Chirac, ha suspendi¿lo la visita oficial que tenía que realizar a ¡Canadá del 24 al 27 de septiembre. Por el contrario, el presidente François Mitterranel inició ayer su visita oficial a Indonesia. Fuentes del Elíseo señalaron que la suspensión de este viaje, habría sido interpretada como un signo de debilidad del Estado frente al terrorismo. Mitterrand descartó una intervención por la televisión para no devaluar su palabra.

Entre los carteles de busqueda que se peguen hoy por toda Francia destaca el de los dos hermanos, de Georges Ibrahim Abdallah que cumple condena en Lyon por terrorismo y cuya libertad exigen los terroristas.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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