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El escollo palestino hace casi imposible un acuerdo entre Peres y Mubarak

Richard Murphy, el enviado especial de Ronald Reagan en Oriente Próximo, debió de respirar aliviado poco después de las cuatro de la tarde de ayer, cuando se confirmó que el presidente egipcio, Hosni Mubarak, y el primer ministro israelí, Simón Peres, habían comenzado a conversar en un palacio de Alejandría. Murphy ha dedicado los últimos meses a hacer posible esta cumbre, cuya importancia está en su celebración misma. Las diferencias de las partes sobre la cuestión palestina hacen casi imposible que de ella salgan decisiones espectaculares que aceleren el proceso de paz en Oriente Próximo.

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La de ayer es la primera entrevista entre los máximos dirigentes de Egipto e Israel desde que en agosto de 1981 se encontraron por undécima y última vez Anuar el Sadat y Hosni Mubarak. Poco después, Sadat fue asesinado en El Cairo; Israel invadió Líbano; Egipto reiteró su embajador de Tel Aviv, y el llamado espíritu de Camp David casi se esfumó.La realización del encuentro de Alejandría ha sido posible por el acuerdo alcanzado en el último minuto sobre el modo de resolver el contencioso de la playa de Taba, cuyo contenido no ha sido aún revelado por ninguna de las partes. En los últimos días, las negociaciones, sobre Taba han sido un auténtico regateo de bazar oriental. Unos y otros deseaban el acuerdo y la cumbre, pero también querían ahorrarse los últimos céntimos.

Peres es el otro hombre feliz de la jornada. Pocas semanas antes de su sustitución en la jefatura del Gobierno israelí por su rival Isaac Shamir, se ha confirmado como el hómbre del diálogo con el mundo árabe.

La reapertura del diálogo

Tras su espectacular viaje a Marruecos del pasado julio, ayer añadió la reapertura del diálogo al más alto nivel con el principal país árabe.

En Egipto, incluso dentro del equipo del rais Mubarak se teme que ahora Peres, una, vez conseguido su triunfo, deje Alejandría sin haber depositado nada en el cesto de sus anfitriones.

El escollo es una vez más la cuestión palestina. Lo dijo anoche el presidente Mubarak en una conferencia de prensa. Israel no parece que vaya a abandonar estos días sus posiciones tradicionales de negativa a la devolución completa de Cisjordania y Gaza, reafirmación de que Jerusalén es la capital de su Estado y calificación de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) como una organización terrorista. Mubarak señaló que "las posiciones israelíes sobre el problema palestino han mejorado mucho", si bien precisó que actualmente no podía "entrar en detalles" y agregó que "una vez alcanzado un acuerdo sobre Taba no hay problema para el regreso" del embajador egipcio a Tel Aviv.

Por su parte, la OLP, declaró también Mubarak, no contribuye a resolver la situación al negarse a aceptar las resoluciones internacionales.

Si Peres está dispuesto a hablar de restitución parcial de los territorios ocupados en 1967, Isaac Shamir, que al fin y al cabo será el primer ministro dentro de muy poco, no quiere ni oír hablar de ello.

Shamir, se afirma en la delegación israelí,fue invitado por Peres a participar en la cumbre, pero rechazó de plano ir en calidad de número dos, en tanto que actualmente es ministro de Asuntos Exteriores.

Anoche, Hosni Mubarak y Simón Peres, cada uno acompañado de otras seis personas, cenaron en el palacio Ras el Tin. En la mañana de hoy se desarrollará la segunda y última jornada de la segunda reunión de Peres con un dirigente árabe en este verano de 1986.

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