El secuestro de Karachi
THE WASHINGTON POSTUna vez más una cuadrilla de asaltantes pesadamente armada secuestró un avión, en esta ocasión en Karachi, y retuvo a los pasajeros como rehenes.Una vez más el intento finalizó con numerosas muertes y gran derramamiento de sangre. De nuevo un gesto político ha costado la vida de gente inocente, pero aún hay más.
Un crimen más sórdido y viciado se esconde detrás de la retención aleatoria de pasajeros bajo amenaza de muerte. Cualquier movimiento político que recurra a ello sacrifica su derecho al respeto o a la ética.( ... )
Está muy bien decir que detrás de hechos como éste se ocultan tensiones políticas reales, y que, de vez en cuando, surgen de exigencias legítimas que el mundo ha ignorado. Es más cierto asegurar que algunas exigencias continuarán siendo ignoradas antes que profanarlas con actos que violan estúpidamente la idea de cualquier país acerca de la decencia fundamental.
En este caso concreto, el secuestro del avión evidentemente ha tratado de golpear a Estados Unidos. Se trataba de un avión norteamericano, y la primera persona que murió, el hombre sobre el que los pistoleros dispararon gratuitamente en el mismo comienzo del ataque, llevaba un pasaporte de Estados Unidos. Incluso los más salvajes de los políticos salvajes deben ser conscientes de que este tipo de asalto no hace nada por incrementar la simpatía en los Estados Unidos hacia las causas que ellos manifiestan representar.(...)
8 de septiembre
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