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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

'Jam-session' en el Lido

Round midnight-Autouor de minuit, de Bertrand Tavernier, es un filme de y sobre jazz. Proyectada en esta edición del Festival de Venecia, merecería uno de sus premios, pero quizá es un filme que no interese más que a los seguidores del jazz. Es más una jam-session -aparece en la película un puñado de grandes figuras del jazz -que una historia cinematográfica, por lo que quizá el jurado sólo le otorgue algún galardón por alguno de sus aspectos técnicos.

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El protagonista de Round midnight Autour de minuit es un saxofonista llamado Dale Turner, interpretado nada más y nada menos que por Dexter Gordon. Su trayectoria o situación vital mantiene muchos puntos de contacto con lo explicado por Cortázar en El perseguidor y tomando a Charlie Parker como modelo. Aquí, Tavernier encabeza su trabajo con una dedicatoria a Bud Powell y Lester Young y muestra los últimos años de la vida de un músico que se siente acabado y regresa a París para recordar los viejos buenos tiempos, los éxitos aún no minados por la edad, el desánimo y el alcohol.

Pero en París se encontrará con una sorpresa, con un amigo inesperado, alguien que le mitificó cuando aquella primera vez triunfal, y que le adora como a un dios. En esa amistad halla el personaje interpretado por Dexter Gordon la fuerza para detener su proceso de acelerada autodestrucción.

Rodada con gran elegancia, aunque con un poco de manierismo, la planificación inicial es demasiado complicada. La película de Tavernier está destinada a gustar únicamente a los amantes del jazz. El 70% de las secuencias está consagrado a presentarnos a los músicos haciendo su trabajo. El 30% restante se consume entre problemas alcohólicos, alguna breve declaración de principios y unos pocos detalles sobre la difícil vida cotidiana de quien ha hecho del be-bop la razón de su vida.

La música es excelente y en pantalla aparecen Herbie Hancock, Freddie Hubbart, John McLaughlin, Wayne Shorter, Ron Carter, Sandra Reaves-Phillips y unos cuantos nombres importantes más. Además, tanto los decorados de Alexander Trauner como todos los elementos técnicos han sido objeto de un cuidado exquisito y el espectador se siente bien dispuesto a dejarse llevar por las tonadas suaves y frías.

'Die reise'

El suizo Markus Imhoof ha resucitado, en Die reise, a Andreas Baader, Ulriche Meinhoff, Gudrun Ensslin y Bernward Vesper, autor de la novela homónima a la película. El propósito del filme es menos hacer una crónica de la expansión y posterior liquidación de un movimiento radical de extrema izquierda que desembocó en atentados terroristas, como el plantear por qué el conflicto generacional en la Alemania de la posguerra tiene características muy especiales. Según Vesper e Imhoff, los jóvenes surgidos de las revueltas de mayo del 68 dirigieron toda su rabia contra los que habían vencido a sus padres durante la II Guerra Mundial y que, después de tener la razón y la fuerza, estaban perdiendo ambos atributos al embarcarse en la destrucción de Vietnam.

Todo esto son intenciones de la película; los resultados quedan lejos de ofrecer un discurso coherente o de lograr una buena síntesis entre los conflictos políticos y el psicoanálisis, pero la película no deja de resultar inquietante, testimonio del malestar que un país siente con su historia y de su necesidad de asumirla.

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