La lucha por la sede de la próxima una 'cumbre' evidencia las diferencias ideológicas entre, los 'no alineados'

Las diferencias ideológicas entre los países no alineados denominados paros y los que encuentran en la Unión Soviética su aliado natural se han manifestado durante la octava cumbre de ese movimiento en la lucha por albergar la próxima, en 1989, lo que lleva consigo la presidencia. Este asunto absorbió gran parte de las tareas de pasillo en la segunda jornada de la cumbre que vio sacudida la modorra de los discursos habituales por la embestida del presidente iraní, Alí Jamenei, quien criticó al movimiento y también a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), provocando un tumulto en la sala.

Harare

Indonesia y Nicaragua son lo dos únicos países que han presentado formalmente su candidatura para albergar la novena cumbre, lo que les llevaría a presidir el movimiento los tres años siguientes. Indonesia no ha recibido prácticamente ningún apoyo y se le reprocha a su Gobierno tanto el mantener una situación colonial en Timor Oriental, como el haber derrocado con un golpe de Estado a uno de los padres de¡ no alineamiento, Ahmed Sukarno.

Nicaragua tiene el apoyo de los movimientos de liberación nacionales, de los países de la línea del frente (Angola, Botsuana, Mozambique, Tanzania Zambia y Zimbabue) y de Cuba, pero carece del apoyo del grupo latinoamericano. Colombia y Jamaica expresaron su oposición claramente, pero otros países optaron por decir que apoyarán una solución consensuada.

Los delegados de Nicaragua y Cuba plantean en las negociaciones bilaterales que designar a Managua como sede es prestarle una ayuda efectiva para hacer frente a la agresión de la contra. Pero los partidarios del consenso son muchos, y algunos con mucho peso histórico en los no alineados, como la India, Yugoslavia y Argelia, tres ex sedes del movimiento.

Solución intermedia

Fuentes autorizadas dijeron a EL PAÍS que ayer por la mañana el presidente de Argelia, Chadli Benyedid, expuso al argentino Raúl Alfonsín, una solución intermedia que significaría un respaldo a Nicaragua, pero sin adjudicarle la sede. La propuesta que encontró una buena acogida en Alfonsín, consiste en posponer la decisión de la sede hasta la próxima conferencia de cancilleres de los no alineados y celebra ésta en Managua. Nicaragua no se sentiría desautorizada, pero a la vez perdería la sede, ya que reunión ministerial y cumbre no podrían coincidir en la misma ciudad.

Salvo los países que apoyan con firmeza a Nicaragua, que son minoría, los demás van de cantándose por la salida de pos poner la decisión.

La tranquilidad de la sesión plenaria fue interrumpida por Jomeini, quien atacó a los no alineados por no condenar a Irak como agresor de Irán en la guerra que ambos libran desde hace seis años, y criticó a Yasir Arafat, el líder de la OLP, por pedirle que aceptase una mediación, posibilidad que rechazó categóricamente. Jamenei, quien habló durante dos horas, cuando lo previsto es que cada orador se limite a 30 minutos, fue interrumpido a la mitad de su discurso por la mesa, aunque la explicación oficial posterior fue que era la hora del bocadillo para el cámara del circuito cerrado de televisión.

La dureza de la crítica a Arafat movió a éste a pedir la palabra, pero el presidente de la cumbre, el jefe de Estado de Zimbabue, Robert Mugabe, se la negó.

"Si damos lugar a réplicas deberíamos alargar la reunión una semana", adujo Mugabe.

En la sesión de la tarde intervinieron tres latinoamericanos: el ya citado Alfonsín y los presidentes de Cuba, Fidel Castro, y de Perú, Alan García. Los tres insistieron en la necesidad de que Irán e Irak pongan fin a su guerra. Alfonsín, que habló después de Jamenei, calificó la guerra de conflicto entre hermanos no alineados" y afirmó que "la guerra entre Irán e Irak debe cesar".

Castro, en contra de algunas versiones periodísticas, ratificó ante el plenario la posición cubana en contra del pago de la deuda externa. El dirigente cubano criticó ásperamente al Fondo Monetario Internacional (FMI), que, dijo, pone condiciones restrictivas a los subdesarrollados, pero se olvida de enviar inspectores a Washington, que "ha incurrido en los más fabulosos e increíbles déficits fiscales y comerciales de la historia del mundo", o a la Comunidad Europea, "que inunda el mundo de productos agrícolas subsidiarios, en desleal competencia con los países del Tercer Mundo".

Fidel Castro declaró también que las tropas cubanas permanecerán en Angola "tanto tiempo como dure el apartheid en Suráfrica:".

En el comité económico, uno de los dos en que se dividen los trabajos formales de la conferencía, se aprobó la constitución de un grupo de 25 ministros de Asuntos Exteriores para encarar todas las negociaciones económicas con el mundo desarrollado y entre sí.

El presidente de la delegación española, Luis Yáñez, quien asiste como observador, cenó anoche con Alfonsín, en una comida a la que sólo asistieron españoles y argentinos. Yáñez se entrevistó ayer con Alan García y Fidel Castro.