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Comerciar con Rusia

Estados Unidos descartó sumariamente la solicitud soviética para participar en las próximas negociaciones sobre la liberalización del comercio mundial. ( ... )El objetivo del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) es abaratar, dentro de unas bases recíprocas y no discriminatorias, las barreras comerciales existentes: cada país concede a sus socios tanto como recibe, y cada una de estas concesiones es aplicable a todos los países incluidos en el sistema. Se da por supuesto que la gran parte del comercio de cualquiera de estos países está en manos de empresas individuales, que adoptan libremente sus decisiones dentro del marco establecido por el Gobierno.

La Unión Soviética, a diferencia de la mayoría de los miembros del GATT, es un Estado comercial gigante. Las decisiones sobre si se debe importar, y en su caso, de dónde, están centralizadas, y no en manos de empresas que tiendan a sus propios beneficios. Este hecho arroja dudas respecto a la posibilidad de que se pudieran respetar en la práctica los acuerdos negociados en el GATT. Los encargados gubernamentales del comercio son ley en sí mismos: pueden decidir el volumen y distribución geográfica de sus programas de importación basándose en razones arbitrarias, o claramente políticas, y hacer burla a cualquier tratado.

Otra razón para ver con recelo la solicitud soviética es que la par ticipación de Moscú, un negocia dor tardío e inflexible, complicaría aún más un proceso ya largo y pesado. Estados Unidos puede temer también que la Unión Soviética se una a países como Brasil e India, que se resisten al deseo nor teamericano de extender la libera lización comercial al sector de servicios. Y la Unión Soviética seguramente no apoyaría los esfuerzos de Estados Unidos para reducir progresivamente los subsidios a la exportación de productos agrícolas, esa última locura, alimentada cada vez más por el propio Estados Unidos, que hace que los ciudadanos soviéticos dispongan de comida a precios de saldo. La Unión Soviética, debilitada por el descenso de los precios del crudo y por los efectos de la catástrofe de Chernobil, intentará cualquier táctica para aumentar sus exportaciones. Pero, por la misma razón, es poco lo que puede hacer para facilitar el acceso a los productos extranjeros, debido a su apurada situación en cuanto al cambio exterior.( ... ) Pero si Moscú liberalizara las importaciones significativamente y diera a sus empresas una real libertad de decisión, las colas para obtener productos extranjeros podrían llegar hasta Siberia. Por el momento, incluso con Mijail. Gorbachov en el poder, hay que dudar que un régimen importador más libre negociado en el GATT supusiera mayor comercio con Rusia.(...)

, 26 de agosto

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