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Boyer recuerda a Guerra "el derecho de todo ciudadano a opinar sin ser agredido personalmente"

Miguel Boyer, presidente del Banco Exterior y ex ministro de Economía, Hacienda y Comercio, reivindicó ayer, en declaraciones a EL PAÍS, su libertad de expresión para opinar sobre cuestiones de política económica sin ser por ello tildado de "político frustrado". El vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, en una presumible referencia a Boyer, aunque sin citarle expresamente, criticó el domingo pasado en Menorca a "muchos que, aprovechando el verano, época de sequía informativa, se dedican a aconsejar al Gobierno en cuestiones de política económica".

La interpretación de que el comentario de Guerra iba dirigido, entre otros, a Miguel Boyer se debió a que el pasado día 8, en un curso sobre Opciones de política económica en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en Santander, el presidente del Banco Exterior abogó por la adopción de numerosas medidas de liberalización de la economía española y manifestó expresamente su confianza en que el Gobierno socialista reforme su política en este sentido.El ex ministro socialista de Economía manifestó ayer, a este respecto: "Ignoro si la interpretación que da la Prensa de las declaraciones de Alfonso Guerra es correcta, pero en cualquier caso yo creo en el derecho de todo ciudadano a expresar su opinión sobre lo que conviene al país, sin ser agredido personalmente por ello, y seguiré ejerciendo ese derecho".

"Motes tales como políticos frustrados", agregó Boyer, "me recuerdan otros tiempos de España, cuando, a falta de mejores argumentos, se decía que los políticos contrarios a la dictadura eran unos resentidos". Guerra señaló durante la inauguración de una sede del PSOE en la localidad menorquina de Mercadal que sus críticas estaban dirigidas a "técnicos, expertos que quieren hacer experimentos de laboratorio y le indican al Gobierno que haga lo que a ellos les gustaría hacer. Son algunos políticos frustrados que ya no están en la política".

Apoyo del presidente

"Esté o no esté en la política activa", replicó ayer Miguel Boyer, yo sí me siento en mi terreno cuando hablo de economía, y el haber desempeñado durante dos años y medio un Ministerio de Economía, Hacienda y Comercio -con el apoyo explícito y reiterado del presidente del Gobierno- da algo más que una visión de laboratorio de la realidad y de las necesidades del país".

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"Acertado o no, pero con coherencia y reclamando respeto", concluyó el presidente del Banco Exterior, "lo que defiendo para el futuro es lo que han venido haciendo los Gobiernos socialistas: flexibilizar y liberalizar la economía para prepararla para la Comunidad Económica Europea". Entre las "reformas estructurales" propuestas por el ex ministro de Economía en la conferencia que dio en Santander, se encontraban la aceleración de la flexibilización del mercado de trabajo; la completa liberalización del sistema financiero y la conversión en deuda pública de los coeficientes de inversión obligatoria.

Reconversión industrial

Boyer abogó asimismo por un renovado impulso de la reconversión industrial; la corrección del sistema de financiación de las autonomías; el perfeccionamiento del sistema fiscal, con eliminación de las deducciones y exenciones, en línea con la reforma emprendida por la Administración de Ronald Reagan, así como la supresión de la rigidez en el sistema educativo mediante la presión competitiva de la enseñanza privada para evitar el mantenimiento de altas subvenciones públicas a quienes tienen recursos para estudiar.

Miguel Boyer afirmó en su intervención que ideas como las expuestas sólo pueden chocar a quienes no han descubierto "la flierza creadora de los mecanisinos de mercado", expresión de Pierre Mendes-France, presidente del Gobierno francés en 1954 y 1955 y santón del moderno socialismo del país vecino tras su abandono del Partido Radical.

El ex ministro de Economía apostilló en la universidad de Santander: "Espero del actual Gobierno socialista y de los próximos una acción política similar a la que he descrito. Otra cosa sería el suicidio".

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