Los pescadores españoles abandonan las aguas conflictivas noruegas
Los capitanes de los 12 bacaladeros españoles que permanecían en el archipiélago noruego de Svalbard (Spritgberg) desde el 29 de julio decidieron ayer por unanimidad abandonar esa zona conflictiva. Se aleja así el peligro de confrontación violenta entre los pescadores españoles y las tres patrulleras noruegas que, ayudadas por un helicóptero, vigilaban a los bacaladeros y estaban "dispuestas a apresarles" si intentaban faenar.
Algunas de las unidades "volverán a España" mientras el resto "espera órdenes de Madrid", fuera de las 200 millas marinas, sobre cuyas riquezas pesqueras noruegas reclaman su soberanía, según informó en Oslo la Embajada de España. Antes, los capitanes españoles habían decidido echar las redes a las 20.30 del viernes, tras recibir permiso de las autoridades de Madrid, mientras los noruegos les concedían 36 horas para "realizar las capturas y retirarse".
Pasado el plazo, los capitanes anunciaron su decisión de abandonar la zona, tras recoger "unas 80 toneladas" cada uno de bacalao ártico "de buen tamaño", en una zona de abundante pesca. Los pescadores desmienten así la afirmación noruega de que la especie está en peligro de extinción, según los controles regulares de la dirección de pesca noruega en la zona, a la que desde 1977 consideran "de protección pesquera".
En plazo breve tendrán lugar reuniones en Madrid entre los armadores y representantes de la Administración, mientras siguen las negociaciones, informó el encargado de negocios español en Oslo, Sergio Pérez-Espejo.
Zona internacional
España sigue sin reconocer la soberanía noruega sobre una zona que el Gobierno de Madrid considera internacional, mientras que Oslo invoca el Tratado de Svalbard de 1977, que le otorga derecho a proteger la riqueza marina en esa zona. Noruega prohibió faenar a la flota española afirmando que la cuota de 18.600 toneladas asignada a la Comunidad Económica Europea (CEE) quedó superada a las doce de la noche del 29 de julio, lo que provocó una fuerte protesta oficial del Gobierno español.El intercambio de notas entre Madrid y Oslo no alteró las posturas respectivas, y Madrid reaccionó el 7 de agosto dando luz verde a los capitanes de los barcos que esperaban instrucciones en Svalbard, para que empezaran a pescar si lo creían conveniente.
Según las tripulaciones españolas, los patrulleros noruegos "se portaron muy bien" y trataron de evitar enfrentamientos aun cuando tenían órdenes de apresarles si iniciaban la pesca, y se mantuvieron a distancia mientras los españoles recogían ayer sus pesados aparejos.
Círculos periodísticos rechazaban aquí la posibilidad de un enfrentamiento abierto en alta mar entre dos aliados de la OTAN, y bajo la mirada atenta de la Unión Soviética, que en virtud de un acuerdo bilateral tiene acceso al 40% de las capturas de Svalbard.
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