La droga no es un enemigo fácil de combatir

THE WASHINGTON POST

El presidente Reagan abre este lunes un segundo frente en la tan cacareada lucha contra la droga de su Administración con el lanzamiento de una campaña cuyo objetivo dominante es eliminar el consumo abusivo de drogas en las escuelas y lugares de trabajo norteamericanos.Incluso aquellos que son críticos con el presidente deberían encontrar difícil rebatir la siguiente formulación: "Los que hacen contrabando y venden drogas son tan peligrosos para nuestra seguridad nacional como cualquier terrorista o dictador extranjero". Debería haber añadido que las armas para luchar con los terroristas o adversarios extranjeros son considerablemente más efectivas que las utilizadas para la lucha contra la droga. (...)

Reagan tiene una oportunidad real de súperar el cínico punto de vista de los políticos que se contentan con lamentarse del problema de la droga, sin hacer nada realmente para resolver el tema. Su talento como comunicador es tal, que es capaz de elevar los temas sobre maternidad a cuestiones de interés nacional' Ha puesto de moda la jovialidad y el patriotismo. (...)

Ha incorporado la credibilidad en lo que a la cuestión de las drogas se refiere. Cuando apelaba al renacimiento religioso, incluso algunos fervientes leales se dieron cuenta de que nunca asistía a la iglesia. Pero cuando se lamenta del abuso de las drogas y el alcohol, su conducta va pareja con su defensa. Reagan raramente bebe, nunca fuma, hace ejercicio y a veces hace dieta. (...)

Ha llegado a entender que la lucha contra la droga implica salud y seguridad tanto como acciones legales. Sin abandonar la prohibición y la erradicación de los programas dirígidos a la reducción del suministro de droga, es consciente de que hay que reducir la demanda. Ha declarado recientemente: "Nuestro objetivo no es castigar a los usuarios sino ayudarles, no enviarles a la cárcel sino liberarles de su dependencia".

4 de agosto