'La Bohéme' cierra un año de auge de la ópera en Madrid

El tenor Plácido Domingo actúa hoy en La Bohéme, de Giacomo Puccini (1858-1924), ópera que cerrará el día 29, tras cinco representaciones, la temporada del teatro de la Zarzuela de Madrid. Once títulos se han representado desde el pasado enero. Tres de ellos -Salomé, de Richard Strauss; Boris Godunov, de Mussorgski, y sobre todo La walkiria, de Richard Wagner- despertaron un especial interés entre los aficionados por el excelente nivel de las producciones y de lo intérpretes. Con La Bohéme se cierra la que muchos expertos consi eran una de las temporadas más brillantes que ha vivido el teatro.

Un largo artículo publicado en el International Herald Tribune daba cuenta hace algunas semanas del auge que la ópera está teniendo en Madrid, en un teatro de poca capacidad como es el de la Zarzuela (1.160 localidades). El articulista analizaba, con el pretexto de la representación de La walkiria, una temporada que ha contado con grandes intérpretes y producciones de nivel europeo.Además de los españoles Plácido Domingo y Enedina Lloris -un tenor consagrado y una soprano que empieza a tener éxitos y que a partir de hoy coinciden en La Bohéme-, otros dos divos españoles, Montserrat Caballé y José Carreras, han actuado en diferentes óperas. Junto a ellos han aparecido extranjeros como Agnes Baltsa, Hildegard Behrens, Ruggero Raimondi, Siegfried Jerusalem, Johanna Meier y Brigitte Fassbaender.

José Antonio Campos, sobreintendente [director] del teatro desde junio del año pasado, y anteriormente subdirector general de Música, se siente satisfecho de la temporada que está a punto de concluir. "Lo que la ha marcado ha sido su carácter de normalidad", dice. "Los resultados de una temporada pueden ser más o menos buenos en el aspecto artístico. Los de ésta han sido muy buenos, pero es importante decir que el avance operístico que ahora empieza a cuajar tiene tras de sí una labor de muchos años, de gente que con gran escasez de medios lograba que hubiese ópera en la ciudad".

Campos tiene 45 años y se le nota enseguida que detrás de lo que hace se esconde una gran afición. Por eso, cuando todo está a punto para que las representaciones de La Bohéme se desarrollen con normalidad, ya comenta con entusiasmo los proyectos que tiene previstos el equipo gestor del teatro hasta 1990. La programación de ese año ya se encuentra prácticamente ultimada, y uno más tarde se espera que el teatro Real pueda volver a abrirse como teatro de ópera.

Avance de temporada

En febrero de 1987 Montserrat Caballé actuará una vez más en Madrid en la ópera de Boito Mefistófeles, y Alfredo Kraus cantará en julio en Romeo y Julieta, de Gounod. A partir de la próxima temporada, y hasta 1990, cada año se escenificará una ópera de Mozart, para acabar con lo que Campos llama "gran ausencia" en la escena madrileña. La revisión de Mozart comenzará con Cosí fan tutte.La ópera contemporánea, cuya escasa programación ha dado lugar a críticas que se referían a las supuestas concesiones al público por la insistencia en el repertorio clásico, contará en los próximos dos años con las obras maestras de Alban Berg, Wozzeck y Lulú. Para 1990 está prevista la reposición de Kiú, la ópera de Luis de Pablo estrenada en 1983, con una nueva producción. Este hecho coincidirá con el 60º aniversario del compositor español.

Una de las obsesiones del sobreintendente es que el teatro de la Zarzuela "no se quede encerrado en sí mismo". De ahí que el año próximo su equipo comience a colaborar con el Centro para la Difusión de la Música Contemporánea y con el Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas. El proyecto consiste en que un joven compositor español reconstruya algún mito operístico.

Coincidiendo con la puesta en escena de Mefistófeles, se ha encargado una visión musical de Fausto a Jorge Fernández Guerra, con libreto de Leopoldo Alas. Al año siguiente el tema de Fígaro será revisitado por el compositor y director de orquesta José Ramón Encinar.

Estos nuevos espectáculos se representarán en un local ajeno al teatro de la Zarzuela. "Se trata de conseguir un espacio libre", dice José Antonio Campos, para que la jaula de oro que es un teatro de ópera no determine la creatividad y capacidad de innovación de los autores".

Marilyn Horne actuará en la próxima temporada en un recital de gala, con fines benéficos.