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REBELIÓN EN MANILA

Washington señala que "Marcos pertenece al pasado, y debiera darse cuenta de ello"

Francisco G. Basterra

La fracasada rebelión de Arturo Tolentino contra Cory Aquino ha demostrado que "Marcos pertenece al pasado de la política filipina, y ya debiera haberse dado cuenta de ello", afirmó ayer el Gobierno norteamericano, que ha advertido al ex presidente filipino que "su actividad política desde su exilio de Hawai es incompatible con su condición de huésped de Estados Unidos". Lo ocurrido -"una tempestad en un vaso de agua" y una sublevación "de opereta", según fuentes del Departamento de Estado- confirma también a Washington que Aquino, a pesar de los problemas que enfrenta para restablecer la democracia, domina la situación y el Ejército no está suficientemente dividido para permitir una vuelta al pasado.

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Oficialmente, la Casa Blanca afirma que no tiene pruebas de un implicación directa de Marcos en el intento de Tolentino, ex ministro de Asuntos Exteriores y ex candidato a la vicepresidencia en las elecciones de febrero. Pero fuentes gubernamentales aseguraron ayer que no tienen dudas de que su acción fue impulsada por Marcos, algo que éste niega. "Habría que ser muy ingenuo para creer que Marcos no ha tenido nada que ver", dijeron en el Departamento de Estado. Pero por el momento la Administración de Reagan no tiene intención de expulsar al ex dictador de Estados Unidos, donde fue acogido incondicionalmente el pasado febrero por su viejo amigo Ronald Reagan para evitar una guerra civil.Un efecto positivo del incidente según medios oficiales, es confirmar que Marcos, sólo cinco meses después de abandonar el poder, no es ya, por sí mismo, una fuerza capaz de amenazar la democracia filipina, y su influencia se ha diluido más rápidamente de lo esperado Estados Unidos observa ahora con particular atención la figura del ministro de Defensa, Juan Ponce Enrile, brazo derecho de Marcos en la última etapa de su régimen y que ha sido la pieza clave para desactivar el intento de Tolentino.

En Washington se estima que los rebeldes calcularon mal y basaron su intento en su creencia de que arrastrarían a Enrile con ellos pero el astuto ministro de Defensa, que la semana pasada declaró a la Prensa norteamericana que "no descarta ambiciones presidenciales", manifestó su inclinación y su apoyo a la legalidad de Aquino y se convierte en la personalidad, tras la presidenta, más importante de Filipinas. Fuentes del Departamento de Estado dijeron a EL PAÍS que Enrile es un político a vigilar y que tarde o temprano se convertirá en un problema para la presidenta, que se verá obligada a sustituirle.

Washington ha reiterado su firme apoyo a Corazón Aquino y su condena de cualquier intento de desestabilizar su Gobierno. Cory vendrá oficialmente a Estados Unidos el próximo septiembre. La Administración de Reagan, que ya ha anunciado una ayuda económica suplementaria de 200 millones de dólares y en términos generales está satisfecha de lo ocurrido tras la caída de Marcos, mantiene, sin embargo, ciertos recelos sobre la evolución de la situación en Filipinas. La indecisión del Gobierno de Aquino y sus divisiones internas las negociaciones con los comunistas, la lentitud para crear una nueva Constitución y la falta de confianza que impide la atracción de necesarias inversiones extranjeras son motivos de preocupación para Washington.

Un huésped poco deseable

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El incidente de Manila refuerza la opinión del secretario de Estado norteamericano, George Shultz de que Ferdinand Marcos es un huésped poco deseable. A pesar de las reiteradas advertencias de que no intervenga en la política filipina formuladas por Washington, el ex presidente mantiene viva la llama de un posible regreso concede continuas entrevistas, envía vídeos a sus partidarios y estimula las manifestaciones contra Cory Aquino. Washington cree que las actividades de la oposición al nuevo régimen están financiadas por Marcos y sus amigos.El ex dictador filipino ha negado desde Hawai su implicación en el levantamiento de Tolentino, a pesar de que éste, una no entidad política, no se movería sin una sugerencia de Marcos. Durante su frustrada rebelión, Tolentino mostró una carta del ex presidente, del pasado mes de abril, autorizándole a que tomara el poder, y mientras estuvo sublevado en el hotel Manila habló por teléfono con Marcos en Hawai. El domingo, al comienzo de la aventura, un portavoz de Marcos afirmó que éste, si triunfaba el intento, regresaría a Manila como "un viejo estadista".

Estados Unidos ha tratado de negociar repetidamente un nuevo exilio para Marcos, haciendo incluso gestiones con España o Panamá, pero ambas naciones se apresuraron a cerrarle sus puertas. últimamente Marcos ha asegurado que Gabón y Costa de Marfil le han ofrecido asilo a cambio de que invierta parte de su fabulosa fortuna para restablecer sus economías. Si insiste en intervenir desde Estados Unidos en la política de su país, su situación podría ser reconsiderada.

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