_
_
_
_

El Congreso recorta drásticamente el plan de gastos de Defensa de Ronald Reagan

Francisco G. Basterra

El Congreso aprobó ayer un presupuesto para el año fiscal 1987 de casi un trillón de dólares (más de 142 billones de pesetas), que recorta sustancialmente los gastos de Defensa solicitados por el presidente Ronald Reagan. Este es el precio que deberá pagar el presidente por su insistencia en no subir los impuestos, posibilidad que no recoge la ley presupuestaria, que fija un techo para el gasto de 995.000 millones de dólares y un déficit de 142.600 millones de dólares. El Congreso, al mismo tiempo, congela los fondos de la NASA y no prevé dinero para la construcción de un cuarto transbordador que sustituya al Challenger.

La ayuda exterior también se ve sensiblemente reducida (un 10%) sobre la petición del Gobierno. España es el séptimo país en la lista de la ayuda norteamericana.El sistema de defensa espacial, conocido popularmente como guerra de las galaxias, sufrirá posiblemente las consecuencias de estos recortes, y ya la semana pasada comités (le las dos cámaras recortaron 1.700 millones de dólares de los 5.400 millones que Reagan quiere dedicar en 1987 a la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI). A pesar del parón económico al rearme -Reagan pidió un 8% de incremento para el Pentágono sobre la inflación y recibe un aumento que casi no llega a cubrir la inflación del próximo ejercicio-, la Casa Blanca calificó el compromiso presupuestario alcanzado por la Cámara de Representantes y el Senado como "aceptable en términos generales".

La cantidad que podrá gastar el Pentágono asciende a 292.200 millones de dólares, 28.000 millones menos de los 320.000 millones que requirió el presidente. Sin embargo, el portavoz presidencial, Larry Speakes, precisó que Reagan "no está satisfecho con la forma cómo el presupuesto aprobado altera sus prioridades. Corta demasiado el de Defensa y de Asuntos Internacionales, e incrementa el gasto doméstico más de lo, que el presidente había recomendado". Los programas sociales no son recortados drásticamente corno Reagan deseaba, y en general son congelados a sus niveles de 1986 o disminuidos ligeramente. Cuarenta y dos de los 44 programas con los que quería acabar el presidente continúan recibiendo fondos en el presupuesto de 1987.

Pero el hecho de que no establezca nuevos impuestos, que Reagan había prometido vetar, parece compensar al presidente los recortes en Defensa, que pueden ser asumidos por un Pentágono que ya se ha rearmado suficientemente en los últimos años y que bajo Caspar Weinberger practica una política de pedir más dinero del que necesita o puede físicamente gastar. Reagan tampoco quiere enfrentarse a este delicado compromiso presupuestario para no poner en peligro su ley de reforma fiscal, que fue aprobada esta semana por el Senado.

El consenso existente hasta ahora en el país sobre la continuación del rearme ha desaparecido este año, y los norteamericanos creen, en contra de lo que continúa afirmando Reagan, que el potencial bélico de su país es superior o al menos igual al de la URSS. En una época de fuertes reducciones de los programas sociales, la política de traspasar dólares de los programas civiles al Pentágono ya no es aceptable. El presupuesto aprobado por el Congreso prevé un déficit para el próximo año fiscal, que comienza el 1 de octubre, de 142.600 millones de dólares, por debajo de los 144.000 millones fijados como techo máximo por la ley de reducción automática de los déficit Gramm-Rudmann, que persigue equilibrar el presupuesto en cinco años.

Pero algunos legisladores expresaron su temor de que las previsiones de crecimiento económico contenidas en el presupuesto, capaces de producir mayores ingresos fiscales y, por tanto, disminuir el déficit, son demasiado optimistas, y el presupuesto da por sentados ahorros en el gasto que no podrán ser logrados. Si se cumplen estos pronósticos pesimistas y se superan los límites del déficit, entraría automáticamente en funcionamiento un sistema de recorte automático del déficit que reduciría gastos militares y civiles por igual. La constitucionalidad de este mecanismo, establecido por la citada ley Gramm-Rudmann, está pendiente de una próxima decisión del Tribunal Supremo.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

El Congreso ha aprobado un fondo de emergencia de 4.800 millones de dólares para 1987, que podría utilizar el presidente para afrontar "necesidades críticas" si Reagan decide aumentar los impuestos o convence al Congreso para que recorte gastos en otras áreas del presupuesto.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_