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Las instituciones financieras apuestan por la reducción del coste del dinero a medio plazo

La Dirección General del Tesoro aceptó ayer casi 300.000 millones de pesetas en la subasta de obligaciones del Estado, emisión de títulos a largo plazo, a un tipo de interés nominal de la emisión del 9,95%, lo que representa la confirmación de la tendencia a la baja en los tipos de interés de las emisiones de deuda pública. Las peticiones ascendieron a 595.000 millones de pesetas, la mayor parte de ellas en la modalidad de tipo de interés fijo para el período de vida de la emisión, aunque se adjudicaron casi 50.000 millones de pesetas a 15 años y tipo de interés, variable.

La subasta de obligaciones del Estado volvió a tener, como viene siendo tradicional en las últimas salidas del Estado, una oferta de dinero superior al límite posible de emisión, que se había fijado en 400.000 millones de pesetas. Ante el elevado volumen de dinero ofrecido por inversores privados e instituciones financieras, el Tesoro no tuvo problemas para asegurarse la suscripción de la mayor parte del dinero previsto y hacerlo a unos tipos de interés claramente por debajo de los de anteriores subastas, sin disminuir de forma sensible la cantidad de dinero comprometido.La subasta presentaba como novedad el que junto a la emisión normal de títulos a ocho o 10 años de amortización y tipo de interés fijo se realizaba otra a 15 años de vida y tipo de interés variable a partir del cuarto año. En el primer tramo de la subasta el dinero ofrecido superó los 513.000 millones de pesetas, de los que fueron adjudicados algo menos de la mitad -casi 250.000 millones de pesetas- a un tipo de interés nominal de la emisión del 9,95% y un tipo de interés marginal del 10,75%. La técnica de la subasta hace que todo el dinero ahora suscrito tendrá un coste para el Tesoro del 10,75% y que el tipo nominal se aplicará en el período de suscripción ahora abierto. En cualquier caso, el abaratamiento de esta emisión frente a las anteriores queda confirmado si se tiene en cuenta que el nominal de la última realizada fue del 11,70%.

El tramo de la emisión, que tenía como característica principal el hecho de tener un tipo de interés variable, que se fija sobre la media ponderada de las emisiones a medio plazo realizadas en el semestre anterior, ha tenido una menor aceptación, como lo muestra el menor volumen de dinero ofrecido -82.000 millones de pesetas- y el hecho de que el tipo de interés de salida es superior al resultante de la emisión a tipo fijo.

Tensión monetaria

En medios del sector financiero se considera que el resultado de la emisión muestra, entre otras cosas, que el sistema acepta como algo inevitable la reducción de los tipos de interés a medio plazo en la misma medida en que se mantengan las expectativas a la baja de la tasa de inflación de la economía española e incluso algo más si se quiere volver a recuperar la posición de tipos reales de interés.No obstante, la baja de los tipos de interés experimentada en esta emisión, a lo que hay que añadir la baja de los preferenciales de las operaciones de activo de los grandes grupos bancarios y el nuevo pacto para retribuir menos por los depósitos bancarios, se produce en unos momentos en los que la tensión monetaria se ha agravado hasta el punto de que el Banco de España ha tenido que proceder a una elevación de los que practica en las operaciones de préstamos de regulación monetaria como consecuencia del desbordamiento en las tasas de crecimiento de las magnitudes monetarias experimentado en el mes de mayo y que se mantienen en lo que va. transcurrido del mes de junio.

Medios de la Administración señalaban que la baja de los preferenciales de los créditos bancarios coincidían con la tensión al, alza de otros precios del dinero, porque los grupos financieros; "habían tardado mucho en tomar la decisión y lo han hecho posiblemente a destiempo". Lo cierto es que mientras el Tesoro está logrando importantes avances en el abaratamiento del coste financiero de su deuda en el último año, el sector privado puede encontrarse con problemas en los próximos meses.

El aumento del crédito al sector privado, reflejo de la mayor actividad de la economía económica que se viene reflejando y que algunas instituciones financieras privadas cifran ya en el 3%, se ha convertido en el principal protagonista del desbordamiento de las magnitudes monetarias, que puede poner en peligro los éxitos alcanzados en la contención de la inflación. En el pasado mes de mayo el crédito privado creció el 13% y las estimaciones sobre lo que está ocurriendo en junio cifran este aumento en el 15%, en tasa anual, el doble de las previsiones oficiales del presupuesto monetario.

En todo caso, y teniendo en cuenta que el Tesoro ha conseguido ya la financiación suficiente del déficit previsto y la refinanciación del que se arrastra de ejercicios anteriores, podría producirse en los. últimos meses del año una desaceleración del crecimiento de las magnitudes monetarias más acorde con las previsiones iniciales y que no obligara a tomar medidas excepcionales.

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