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"Nunca he recibido una carta para una actividad cultural marroquí en España", dice el ministro de Cultura de Hassan II

Mohamed Benaisa es uno de los dos hispanófilos del Gobierno de Rabat

"En año y medio que llevo de ministro nunca recibí una carta o un motivo de interés cualquiera para una actividad cultural marroquí en España", asegura el titular de Asuntos Culturales de Marruecos, Mohamed Benaisa, en declaraciones a EL PAÍS. "Creo que por nuestra parte hemos hecho todo lo necesario, y a veces más, pero las relaciones culturales son los vínculos entre los pueblos y están por encima de los equilibrios económicos y los intercambios comerciales, que fluctúan y cambian como el dólar, el Mercado Común y las tendencias", añade Benaisa.

El ministro marroquí, uno de los dos hispanófilos del Gobierno de Rabat, alcalde de Arcila (norte del país) y destacado dirigente de la Reagrupación Nacional de Independientes (RNI), partido de corte centrista que dirige el cuñado del rey Hassan II, Ahmed Osman, piensa que la cultura es el dinamismo que necesitan los pueblos para cohabitar y existir. Y asegura: "A veces siento mucho, de forma personal y también como persona que sabe lo que piensa el Gobierno de mi país, que nuestra voz no sea escuchada en Madrid. Hemos hecho lo imposible por hacer ofertas, por mantener un intercambio cultural con el Gobierno, o mejor dicho con España, a través de los cana les oficiales, pero el eco no ha sido recibido en el otro lado"."Nuestra política", dice Benaisa, "es reforzar y llevar a cabo una cooperación durable, clara y sana entre los dos países. Son las instrucciones de nuestro rey, las directivas del Gobierno y mi intención personal, como miembro activo del Ejecutivo y como ministro hispanizado".

Benaisa, de 49 años, que cursó altos estudios sobre comunicación en EE UU y ha ocupado cargos de responsabilidad en diferentes organismos internacionales, desde la ONU a la FAO, explica que existe un hadit del profeta que dice que antes está el vecino que la casa. "A nosotros", explica, "nos interesa mucho el vecino, porque, antes y después de todo, con España tenemos siglos de convivencia en común y entre ambos países existe una cultura, unas relaciones, unos vínculos de sangre y cosas también buenas y malas. No creo que existan dos países en el mundo, entre la Europa meridional y el norte de África, que estén tan unidos como España y Marruecos, ni siquiera Francia con Argelia o, en el caso de Italia, los sicilianos con los tunecinos".

"Nosotros apreciamos las relaciones con otros países de Europa", indica el ministro, "pero existen unas relaciones de privilegio por encima de esto, y España está ahí cerca, a sólo unos kilómetros. Hay desilusión cuando observamos cómo se está portando España dentro de la CE. Pienso que los españoles tienen que ser un poco musulmanes y admitir el hadit del profeta de que el vecino está antes que la casa. Y observo que Madrid piensa más en la casa, que está en Bruselas, que en el vecino, que somos nosotros".

Según Benaisa, los españoles no conocen Marruecos. "Lo único que conocen es un pasado mal formulado. Hay generaciones de mayores que sólo conocen este país por el bachillerato. El problema de la cooperación no es ideológico, sino cultural. En España hay mucha gente aún condicionada en su subconsciente por motivos del pasado. A veces la gente no se da cuenta y tiene actitudes injustificadas para con el marroquí, como también reconozco que hay marroquíes que las tienen contra España".

"Pero pienso", indica el ministro, "que España es un país que tiene muchas incrustaciones de orientalismo y, además de ser un país industrializado, moderno, europeo, tiene que pensar en Marruecos, en su vecino del Sur. Para nosotros, España es el país de Dalí, Miró, Picaso, Goya y Cervantes, de gente que nunca muere. Espero que haya algo de colaboración, porque estamos condenados a cooperar y a entendernos, por encima de conflictos coyunturales, como Ceuta y Melilla, que es algo que sigue su curso, porque los marroquíes tenemos que tener también algunas úlceras que callar".

Invitación rechazada

"El año pasado invité al ministro de Cultura español, Javier Solana, para que participara, junto con el príncipe heredero de Marruecos, Sidi Mohamed, y conmigo en la inauguración de la Primera Universidad entre Marruecos y Latinoamérica, que se celebró en Arcila. No vino, y eso que le invité con suficiente antelación. Era para un sábado y entre España y Marruecos hay sólo 40 minutos de vuelo. Yo quería que España y Marruecos dieran juntos este primer paso y comenzaran una colaboración conjunta, de manera que la universidad, que este año celebra su segunda edición, pudiera en el futuro tener sucursales al otro lado del Estrecho y en algunos países de América Latina. Me habría gustado que hubiera estado aquí el ministro español, pero no fue así"."Pero al margen de esta anécdota", continúa Benaisa, "hasta la fecha no ha habido nada entre España y Marruecos. Nosotros traenos este año a Arcila a 80 españoles, que participarán en los diferentes cursos de verano, lo que demuestra que hay interés por nuestra parte. Recuerdo que en una ocasión, creo que en 1979, pedimos a España que nos enviara alguien para el Festival de Arcila, y los mandaron a un guitarrista. Sin embargo, nosotros hemos traído aquí grupos enteros de baile y de lanza, que hemos pagado".

"Cuando hablo de colaborar", dice Benaisa, "pienso también que debe aprender algo de la cultura marroquí. El rey Juan Caros y la reina Sofía han demostrado suficientemente que aman y respetan a mi país y que tienen verdaderamente interés por nuestra cultura. El caso del Gobierno es distinto, aunque nosotros nos mantenemos esperanzados de que algún día nuestros amigos los españoles lleguen a concebir algo muy importante, que son los intercambios y las relaciones cultuales".

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