El dinero se mantiene a la espera del 22-J
Los sondeos de opinión publicados durante el fin de semana han dado la razón a los mercados de valores al mostrar la posibilidad de que la política económica socialista pueda no tener la continuidad deseada por amplios sectores de la derecha económica. Ya se ha reclamado suficientemente la atención sobre lo paradójico de esta situación, que promete una semana llena de emociones y de rumores pero que, en cualquier caso, va a exigir decisión a la hora de hacer apuestas sobre el futuro.La sesión fue mucho más tranquila en los parqués, ya que, en el fondo, casi ningún muestreo descartó la posibilidad de que todo siga como está, hecho que, de confirmarse, provocará una fuerte subida en los mercados. Los tanteos que se registraron ayer responden perfectamente a esta situación, pues papel y dinero pugnaron por sacar adelante sus respectivas posturas, sin dejar nada claro al final. Las quinielas políticas están a la orden del día, y la expectación aumenta de minuto a minuto, pues la tradición exige que el mercado se adelante a los acontecimientos, lo que se debe traducir en una clara supremacía del dinero o el papel, cosa que ayer no se vio por ningún lado.
En cada uno de los sectores del mercado se dieron los suficientes avances y retrocesos como para pensar que el barómetro se ha descompuesto, aunque a nadie se le escapa que predecir el comportamiento electoral de los votantes indecisos es una tarea sumamente difícil, y la experiencia en este terreno es todavía muy pequeña. Sin embargo, las múltiples repeticiones de cotización que se dieron en esta jornada indican que los mercados se han tomado muy en serio su papel y que no existen precipitaciones a la hora de decidir.
En este sentido, el sector eléctrico registraba un equilibrio casi perfecto, adornado con un discreto toque de optimismo. FECSA inició su ampliación de capital en medio de este ambiente y contribuyó a potenciarlo recuperando las cuatro pesetas a que se cotizaron los derechos, ganando además un cuarto de punto. La otra eléctrica que iniciaba ampliación, Hidroeléctrica de Cataluña, descontó tres enteros a pesar de que los derechos no se cotizaron.
También en el sector bancario hubo descuentos, esta vez de dividendos. El Banco de Bilbao perdió las 57,40 pesetas netas que pagaba a sus accionistas, cediendo además otros 9,52 enteros, al tiempo que el Exterior recuperaba 2,38 enteros de los 7,38 que representaba el dividendo a repartir. La actividad del grupo se mantiene prácticamente estancada, con un saldo global para los siete grandes de 141.000 títulos a la venta y un volumen negociado de 264.000, siendo la repetición la nota más destacada del grupo.
Entre los valores industriales abundaron los altibajos propios de los momentos de indecisión, con especial incidencia en los sectores químico, siderúrgico y construcción, así como en el de seguros, este último acusando la pérdida más fuerte. Los índices generales de las cuatro bolsas tampoco resultan esclarecedores de la tendencia de los mercados, pues mientras que dos de ellos, Barcelona y Valencia, ganaron 17 y 55 centésimas, Madrid y Bilbao cedieron 63 y 1,61, respectivamente.
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