Precisiones a unos incidentes

Quisiera reflejar mi punto de vista sobre los sucesos ocurridos durante la actuación del grupo punk La Polla Records el pasado día 12.Disiento de alguna de las afirmaciones que se han vertido sobre este hecho y especialmente tengo que mostrar mi total desacuerdo con lo declarado por el delegado del Área de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, el señor Enrique Moral, que culpa a los miembros de La Polla Records, y en especial a Evaristo, el cantante, de os sucesos ocurridos.

En mi opinión, el vocal de este grupo punk intentó calmar los ánimos y evitar que los revoltosos aumentaran. Además de solicitar la retirada de la Policía Municipal, que comenzaba a cargar contra las primeras filas de espectadores, actuación que de haber continuado in duda hubiera traído peores consecuencias, repitió insistentemente a los espectadores que cesaran de tirar objetos. Evaristo interrumpió por dos veces su actuación, una de ellas a mitad de canción y tras haber recibido una pedrada, e intentó, apaciguar a los más excitados, que tiraban la valla y se subían al escenario, y ello sin recurrir a métodos violentos, por medio de un diálogo con el público con frases como "Bueno, vale ya", "así no podemos seguir" o "venga, tranquilos, ¿qué, echamos otra ... ?".

En definitiva, quiero que conste mi opinión contraria a las afirmaciones que tanto medios oficiales como algunos periodistas han vertido culpando de los hechos ocurridos a La Polla Records.

Si el Ayuntamiento de Madrid no quiere volver a contratar a este grupo es libre de hacerlo, pero que no utilice como excusa que provocan disturbios, porque nadie que hubiera visto entera su actuación el pasado lunes día 12 puede creerse este argumento.

En el alboroto, quien más perjudicado resultó, aparte del público en general, fue precisamente La Polla Records, que no pudo actuar con tranquilidad y se llevó de recuerdo dos hermosas piedras que hicieron blanco en el batería y el cantante, respectivamente, detalle este que, por cierto, no debió ver ningún periodista de EL PAÍS, que al escribir sobre el caso sólo le preocupaba resaltar que este grupo es vasco, donde parece estar la clave del asunto, porque, como se sabe, todos los vascos son unos violentos, ¿no?