Siderinsa inicia contactos con Industria para la reconversión del sector de aceros comunes

El ministro de Industria y Energía, Joan Majó, se entrevistó ayer con representantes de la patronal Siderinsa para analizar la reconversión del subsector de aceros comunes. El plan presentado por esta asociación empresarial contempla la reducción de la producción de acero común en dos millones de toneladas, el despido de 3.000 trabajadores y el cierre de al menos tres de las factorías de las 18 existentes. El ministro anunció que su departamento contempla la concesión de ayudas para la reestructuración del sector.

El informe de Siderinsa establece la necesidad de reducir la producción en casi dos millones de toneladas. En 1985 las siderúrgicas de acero común produjeron en conjunto 6,4 millones de toneladas de acero, que este año se reducirán a 4,6 millones, mientras que la capacidad instalada es de casi 11 millones de toneladas de producción anual. El sector, que ha llegado a destinar a la exportación un 70% de su producción total, contempla un futuro en el que las ventas al exterior no ocuparán más del 30%.Estas perspectivas pesimistas, a pesar de las esperanzas de reactivación económica, implican él recorte de un 30% de las plantillas, aproximadamente 3.000 de los casi 10.000 trabajadores actualmente, ocupados. El reajuste del subsector de aceros comunes implica el cierre de al menos tres de las 18 empresas del sector, la mayoría de ellas situadas en el País Vasco.

El marco laboral de actuación propuesto al ministerio es garantizar de forma inmediata las regulaciones temporales de empleo, con exención de los pagos a la Seguridad Social y la jubilación anticipada a partir de los 55 años. Estas medidas deberán ir acompañadas después con rescisiones de contrato hasta completar esa reducción prevista. Las ayudas solicitadas al Gobierno son de 12.000 pesetas por cada tonelada reducida en la producción, lo que representa subvenciones por más de 12.000 millones de pesetas.

El informe sobre la situación de la siderurgia de acero común fue enviado al Ministerio de Industria el pasado viernes. Ayer, los representantes de Siderinsa, una de las dos asociaciones del sector, se reunieron con el ministro de Industria para debatir el futuro de este subsector siderúrgico, que tiene planteada desde hace años su reconversión pendiente. La actitud del ministerio es receptiva, ya que considera que las medidas propuestas "son razonables", según manifestó ayer Javier Penacho, director general de Siderinsa.

Apoyo al sector

El ministro no entró a cuantificar en la reunión el monto de las ayudas oficiales a conceder al sector, aunque sí precisó que en las previsiones del ministerio para los presupuestos del próximo año ya se contemplan subvenciones para la reconversión siderúrgica. Sin embargo, la postura oficial de Industria es que la reestructuración de los aceros comunes ha de hacerse con el consenso de todas las empresas del sector. Hace pocos días, Joan Majó anunció que el Gobierno no va a asumir el coste político y social de un nuevo plan de reconversión, aunque sí garantizó "el apoyo absoluto" de su departamento a las empresas en esta nueva fase de reajuste.A pesar de la postura oficial la iniciativa de Siderinsa se produjo sin esperar a que Unesid, la otra asociación patronal, haya finalizado su estudio de reestructuración. Las dos asociaciones tienen prevista una reunión para aunar criterios el próximo martes.

La reconversión del sector de aceros comunes se une a la segunda fase reestructuradora que las empresas plantean para los sectores de siderurgia integral y de aceros especiales. En conjunto, la siderúrgia española, afectada por la competencia de los restantes países de la CE, la caída de las exportaciones y la revalorización de la peseta frente al dólar, plantea una reducción de unos 12.000 trabajadores de los 61.000 que componen las plantillas del sector y el recorte de la producción en más de tres millones de toneladas como consecuencia de la atonía del mercado.